En la ciudad de Huesca la proclamación de la Segunda República se vivió con especial intensidad. Los sectores republicanos, muy sensibilizados por los acontecimientos vividos unos meses antes con los ajusticiamientos de los capitanes Galán y García Hernández, acudieron en masa a las manifestaciones que se produjeron en las horas que siguieron al triunfo de las candidaturas republicanas en las elecciones municipales, celebradas el domingo 14 de abril de 1931. La crónica de lo acontecido la he tomado de "El Diario de Huesca"
La bandera tricolor. La proclamación de la República en Huesca
Anteayer al medio día, al conocerse la posibilidad de la abdicación del Rey, numerosos grupos de personas con varias banderas republicanas se dirigieron al Ayuntamiento, en uno de cuyos balcones fue colocada la bandera republicana.
Seguidamente y dentro del mayor orden, se organizó una manifestación. Al frente de la misma marchaba la bellísima señorita María Buil con un banderín republicano y los miembros que componen la Junta directiva de la Agrupación republicana.
Los manifestantes se dirigieron por las calles de las Cortes, calle de San Salvador, plaza San Pedro y Mozárabes, para salir al Coso bajo y llegar a la plaza de Santo Domingo.
Conchita Monrás y Ramón Acin |
Al pasar la manifestación por el domicilio donde vive la señora doña Conchita Monrás, esposa del artista Ramón Acín, fue entusiásticamente ovacionada, dándose vivas a Acín y Jarné expatriados en París desde los pasados sucesos de Diciembre.
Desde la plaza de Santo Domingo, la manifestación se dirigió por el Coso hacia la Diputación provincial, en cuyo edificio fue también colocada la bandera republicana.
Nuevamente se puso en marcha la manifestación, llegando hasta el Gobierno civil, en donde a pesar de la negativa del gobernador señor Pérez Viondi, también se colocó en el balcón central la bandera tricolor.
Desde uno de los balcones, el ciudadano Sender dirigió la palabra al pueblo, diciéndole:
- Por voluntad popular queda proclamada la República. ¡Viva la República!
Este viva fue contestado con ovaciones y vivas estruendosos.
El señor Sender recomendó a los manifestantes que se disolvieran dentro del mayor orden y que por la tarde se organizaría una nueva manifestación para rendir tributo de admiración a los héroes del movimiento revolucionario capitanes Galán y García Hernández.
En la manifestación figuraban numerosas banderas republicanas y el significado republicano Roque Bescós se cubría la cabeza con el gorro frigio.
Manuel Sender |
Seguidamente, la Junta directiva de la Agrupación Republicana se dirigió al local de la Agrupación, en donde se celebró un cambio de impresiones.
El abogado señor Sender hizo uso de la palabra, manifestando que por fin el pueblo de Huesca había conseguido ver realizados sus ideales, que la Justicia fuese una realidad, que los caciques, que durante 50 años nos gobernaron, fueran al ostracismo y que el pueblo se gobierne por sí mismo.
Recomienda nuevamente que no se altere el orden, dando pruebas de alta ciudadanía y anuncia una nueva manifestación para las cuatro de la tarde, con objeto de ir a los Cementerios civil y católico.
Por último dice que la Junta directiva de la Agrupación Republicana se convierte en gobierno permanente de la provincia para tomar las medidas más convenientes y que en nombre de ese gobierno pide nuevamente el orden más completo.
Intervienen varios ciudadanos, proponiendo ciertas medidas radicales, y se dice que todo está previsto y que paulatinamente se irán poniendo en vigor.
El señor Gascón de Gotor, como representante, dice, de la Cámara de Comercio Republicana, hace saber a los allí presentes que el comercio cerrará sus puertas, excepto las farmacias.
Homenaje a los capitanes Galán y García Hernández. Manifestaciones populares
A las tres y media de la tarde, el Comité republicano fue llamado por el gobernador civil señor Pérez Viondi, quien les manifestó que los ministros estaban reunidos y que esperaban la confirmación de los rumores de abdicación.
A las cuatro en punto de la tarde, volvió a organizarse una imponentísima manifestación, que estuvo en los cementerios civil y católico, depositando numerosos ramos de flores en las tumbas de los capitanes Galán y. García Hernández y de los soldados y chófer muertos en Cillas, guardándose un minuto de silencio.
A las seis de la tarde, y como consecuencia de unos telegramas recibidos por EL DIARIO DE HUESCA, en los que se afirmaba a título de rumor, que el Rey había pasado la frontera portuguesa en aeroplano, el Comité republicano se dirigió al Gobierno civil, acompañado de una gran muchedumbre, para entrevistarse con el gobernador y posesionarse del Gobierno.
El gobernador les dijo que no tenía noticias desde hacía una hora y que por tanto no se confirmó la noticia de la abdicación del Rey.
A continuación llamó por teléfono al Gobierno civil de Zaragoza, donde tampoco se la confirmaron; en vista de esto, el señor Lorés, invitado por el gobernador, llamó al centro radical de Zaragoza, desde donde le dijeron que los republicanos se habían posesionado del Ayuntamiento y Diputación y estaban nombrando cargos.
Las fotografías de las manifestaciones son de "Mundo Gráfico" |
Llamó entonces el gobernador al ministerio de la Gobernación, desde donde le dijeron que el ministro estaba en Palacio y no podían por tanto confirmarle la noticia.
Entretanto, la efervescencia en la calle era enorme y la impaciencia del Comité crecía por momentos. El gobernador indicó una espera y dijo que de ninguna manera quería hacer uso de la fuerza y que en cuanto se lo ordenaran de Madrid entregaría el mando al Gobierno militar.
Estas manifestaciones aumentaron la Indignación del Comité, quien declaró que no lo tolerarían.
Entonces el gobernador piló que quedaran con él los señores Vinuesa, Delplán[1] y Sender, a esperar noticias.
Mientras el señor Sender se asomó a uno de los balcones y dijo que el Comité se había adueñado del Gobierno civil.
A consecuencia de estas manifestaciones hubo un momento de desorientación, que aprovecho el señor Pérez Viondi, intentando dirigirse a la multitud, pero tuvo que retirare ante las manifestaciones de hostilidad de que fue objeto.
En este momento el catedrático de Filosofía señor Díaz Delgado, haciéndose cargo de la indecisión que reinaba y considerando imprescindible tomar inmediatamente una actitud concreta, hizo retirar al gobernador y dirigiéndose al pueblo dijo: «El Comité republicano acaba de nombrar gobernador interino de la provincia al señor Pérez Vinuesa[2].
Este nombramiento fue acogido con una salva de aplausos y gritos de júbilo.
El señor Vinuesa se dirigió a la multitud y les mandó que observaran la cordura y el espíritu cívico de que habían dado muestras en todo el día, que había colocado a Huesca a tan envidiable altura de ciudadanía.
Añadió que se hacían responsables, de cuanto ocurriera y ofreció poner la bandera tricolor, cuando fuera oportuno.
La manifestación se disolvió pacíficamente y el señor Vinuesa quedó en el Gobierno civil.
El Comité republicano se dirigió a la Diputación provincial para dar posesión del cargo de presidente al señor Gascón de Gotor, pero el señor Vinuesa telefoneó diciendo que debían retirarse hasta que recibiese noticias concretas del Comité directivo de Madrid.
Desde la Diputación, el Comité se dirigió al Gobierno civil, para esperar noticias oficiales. El gobernador no consiguió hablar con Madrid a pesar de sus insistentes llamadas Entre tanto, la muchedumbre que desde la calle esperaba una decisión del Comité daba muestras de impaciencia.
El señor Pérez Viondi consiguió hablar con el gobernador de Zaragoza, quien le notificó que los republicanos se habían adueñado de la Diputación y Ayuntamiento, prometiendo que hasta que no hubiera noticias oficiales, no intervendría en el Gobierno civil.
Las mismas manifestaciones hizo el gobernador de Barcelona.
En vista de estas noticias se acordó aplicar la misma fórmula en Huesca., y el señor Díaz se lo notificó así al pueblo desde un balcón, Quedando el señor Vinuesa con el gobernador y dirigiéndose los concejales republicanos al Ayuntamiento.
La enorme manifestación que esperaba en la calle no se dio por satisfecha y pidió que se colocara nuevamente la bandera republicana.
Un grupo subió con ella y la izó en el balcón principal, entre vítores y aplausos.
El señor Vínuesa dirigió la palabra a la muchedumbre invitándoles a disolverse, lo que efectuaron en el mayor orden.
El Comité republicano marchó al Ayuntamiento, en donde tomó posesión del cargo de alcalde don Sixto Coll[3].
A las diez y media de la noche, se recibió en el Gobierno civil un telegrama del señor Alcalá Zamora, por el que se ordenaba la transmisión del mando al presidente de la Audiencia y se daba la lista del Gobierno de la República
[1] Concejal republicano elegido en las elecciones del día 14 de abril, en la sesión de constitución del ayuntamiento fue nombrado teniente de alcalde.
[2] Ejerció el cargo unos días puesto que el día 17 fu nombrado gobernador Victoriano Rivera Gallo del Partido Republicano Radical
[3] Concejal elegido el 14 de abril. Fue el último presidente republicano de la Diputación Provincial de Huesca
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