sábado, 29 de marzo de 2014

75 AÑOS DEL EXILIO REPUBLICANO: Fermín Casorrán Clavería

Fermín Casorrán Clavería
Al finalizar la Guerra de España, Fermín se encontraba prisionero en el campo de “El Toro”, en la provincia de Castellón. Hacinados, miles de republicanos esperaban temerosos las decisiones de las autoridades militares franquistas que les habían derrotado en el campo de batalla. Fermín Casorrán consiguió un salvoconducto para regresar a Albalate del Arzobispo (Teruel), localidad donde había nacido en octubre de 1910 y lugar de residencia familiar. Junto a tres compañeros, cogió un tren de carga y - conociendo la represión de los fascistas sobre quienes habían luchado contra Franco o habían mostrado su simpatía por la República y el frente Popular- en Zaragoza cambió de idea y tomó la determinación de dirigirse hacia Francia en busca de una seguridad que no tenía asegurada si decidía regresar a Albalate.

Viajó clandestinamente en tren hasta Barcelona y Gerona. Siguió hacia la frontera temiendo ser descubierto por la Guardia Civil o por alguna de las unidades militares que patrullaban la zona. Afortunadamente encontró varias personas que, asumiendo grandes riesgos, le ayudaron con comida o indicándole los caminos más seguros. Éste el relato del camino recorrido por Fermín, durante las últimas jornadas, hacia las anheladas tierras de la Francia republicana:

Me marché al centro de Gerona y a una mujer le pregunté: “¿dónde salen los autobuses para Olot?”, a lo que me respondió: “continúe esta calle y en la plaza están los autobuses para todas las direcciones”....un empleado me dijo: “¡monte aquí, militar!”, yo quise pagar, pues tenía 8 pesetas que me dio mi tío en Zaragoza y me respondió: “¡Gracias! Los militares no pagan nada”. Montamos tres jóvenes y una muchacha y nos cubrimos con el toldo que protegía las maletas ¡Toda la mañana estuvo lloviendo!. 


Masía ubicada en las montañas de Camprodón (Girona)
Llegamos a Olot, en el garaje había un hombre con una gorra  y yo, creyendo que era un alguacil, salí del garaje lloviendo y cogí la carretera en dirección de Bac. Vi una casa pequeña de campo y me dirigí hacia ella. El hombre que vivía con su mujer vino hacia mí y me dijo que ya me había visto antes de llegar: “Aquí puedes estar tranquilo, a mi hermano los fascistas lo tienen en la cárcel de Gerona”. Yo le dije  que estaba con permiso y que tenía que ir a Camprodón y me contestó: “¡di lo que quieras!, mañana por la mañana te indicaré el camino”. Al día siguiente me señaló una montaña y me dijo: “después de bajarla, al otro lado de la carretera, hay una casa donde puedes ir con confianza, que te acogerá y te dirá el camino a seguir”.

Llegué cerca de Camprodón, seguí por un valle y encontré varias armas rotas del ejército republicano. Más adelante me crucé en el camino con una joven que había visto en una casa donde había descansado por la noche y que venía de hacer contrabando, seguramente, del primer pueblo francés a donde fui a parar. Me saludó y me dio media pastilla de chocolate. Tengo que decir que las personas que viven en estas casas del Pirineo están acostumbradas a los que se marchan de España y a los que abandonan Francia para entrar en España. 
Lamanere (Francia)

El primer pueblo francés que entré se llamaba Lamanere; cené en una casa que hacía tienda y comidas; allí cené al lado de un Gendarme que estaba en pensión y entre el catalán, francés y español le hice comprender que me marchaba de España por ser republicano. Me dijo que me presentara en la Gendarmería y me darían un Laisse-passer (salvoconducto) para ir donde había miles de españoles. La cena me la pagó una mujer que también venía a Francia y que tenía una hija enferma en un barco a Marsella donde había varios heridos españoles. Con este papel de Laisser-passer, me dejaron libre. La primera noche después de cenar me llevaron a un hangar lleno de hierba seca con otro español que hacía de guía y llevó a este pueblo a la mujer que me pagó la cena. Andando por la carretera llegué a un pueblo grande, fui a la gendarmería y un gendarme con un gran bigote, puso el cuño de la gendarmería de éste pueblo y me dejó libre para ir a donde estaban varios españoles.


Campo de Barcarés (Francia)
Aunque en su testimonio no señala las fechas, debió cruzar la frontera durante los primeros días del mes de mayo. Y tras ser atendido por la gendarmería fue conducido, en primer lugar, al campo de Argelés-sur-Mer e inmediatamente al de Sant Cyprien. Cuatro meses después lo trasladaron al campo de Barcarés y el 23 de septiembre salió alistado en la 43ª Compañía de  Trabajadores Extranjeros.

Fermín Casorrán fue detenido por los alemanes durante los primeros días de julio de 1940, internado en un campo de prisioneros de guerra (stalag IX B) y deportado a Mauthausen en enero de 1942, posteriormente fue trasladado a Dachau y Buchenwald de donde fue liberado en abril de 1945. Tras la liberación se estableció definitivamente en Francia en un largo exilio que duró hasta su fallecimiento, ocurrido en marzo de 2009.

lunes, 10 de marzo de 2014

FRANCISCO CENTOL: algunos datos sobre su deportación.

F. Centol (http://www.bajoaragonesa.org/elagitador)
Un reciente artículo aparecido en la publicación digital “El Agitador” narra los principales hitos de la biografía de Francisco Centol: guerra, exilio, resistencia, deportación,…Se explica también  el drama de la propia historia personal, marcada por la distancia, la ruptura, los silencios y los malentendidos. Una trayectoria truncada, una más, como consecuencia de los acontecimientos históricos que, durante los años treinta y cuarenta del pasado siglo, convulsionaron la vida de millones de hombres y mujeres de toda Europa.

La identidad de este caspolino parecía confusa al consultar los listados de los deportados a los campos nazis desde Francia. Lo encontramos, por primera vez, en el libro “Livre Memorial des déportés de France …” publicado en 2004 por la Fondation pour la Memoire de la Deportation (FMD) con el apellido erróneo de "CANTAL” y en las observaciones se hacía constar otro nombre, el de “Ángel García Casajús”. Posteriormente, la FMD publicó los listados corregidos en su web en la que el apellido ya aparece correctamente. El contacto con familiares de deportados de Caspe, en diferentes momentos a partir del año 2005, confirmaron la identidad y alguna de las circunstancias de la vida de Francisco Centol.

Francisco estaba vinculado a la UGT, de cuya agrupación local fue secretario y también fue uno de los pioneros comunistas de Caspe. Durante la guerra formó parte, como oficial, del Batallón Cinco Villas y en junio de 1938 fue asimilado a Capitán de Infantería. En los documentos de la Causa General, instruida por el franquismo para identificar y perseguir a los desafectos del régimen, aparece el nombre de Francisco en varias denuncias de familiares de caspolinos asesinados, en las semanas siguientes a la recuperación de la ciudad por las columnas procedentes de Cataluña.

La derrota republicana condujo a Francisco al exilio y a la separación definitiva de su familia. Participó activamente en la Resistencia, formando parte de un grupo de leñadore, y fue hecho prisionero, por los alemanes ,el 18 de febrero de 1944, en la localidad de Héches junto a otros cinco españoles. A continuación fue encarcelado, pero, por aquella época, los alemanes estaban vaciando las prisiones para deportar a los prisioneros a Alemania con la finalidad de utilizarlos, como mano de obra esclava, en las instalaciones industriales ubicadas en los propios recintos, o en las proximidades, de campos como Mauthausen, Buchenwald, Dachau, Ravensbruck,.. . El día 6 de abril, un grupo de 1.846 hombres partió del campo de trásito de Royallieu (Frontstalag 122) hacia Compiege y, después de haber atravesado la ciudad, llegaron a la estación donde les esperaba un tren, formado por unos diez vagones de ganado, que partió con destino a Mauthausen.  En aquel mismo transporte, mayoritariamente ocupado por prisioneros franceses, fueron deportados, también, unos 40 republicanos españoles.

Recorrido del convoy del 6 de abril de 1944 (Livre memorial...)
El 8  de abril hacia las 17 h. El tren llegó a la estación de Mauthausen. Recibidos por los SS acompañados de perros. Los deportados  fueron formados en los andenes y acompañados por los SS atravesaron la población cuyos habitantes les  observaban en silencio.  Una ambulancia recogió  los cadáveres de quienes habían fallecido en el camino y a los inválidos. La llegada al campo fue sobre las 7 de la tarde sucediéndose largas operaciones de recuento hasta las cinco de la madrugada en que los deportados recibieron la orden de entrar en la sala de las duchas. (Livre Memorial, II, pág. 354, 356)

Cuando ingresaron en el campo, tras seguir el protocolo por el que tenían que pasar los prisioneros, a Francisco se le adjudicó la matrícula 62401 y, según los datos de la propia FMD, fue trasladado dos semanas más tarde, junto a unos 480 miembros del mismo convoy,  al kommando externo que se estaba organizando en la ciudad de Melk. Posteriormente fue trasladado al campo de Ebensee, lugar de donde fue liberado el 6 de mayo de 1945.

A partir de aquel momento, Francisco recuperó la libertad por la que tanto había luchado desde 1936, pero asumiendo con realismo la situación que afectó a los supervivientes republicanos: la imposibilidad de regresar a España, donde el franquismo sobrevivió a la caída de los regímenes fascistas europeos que le habían sido afines. Esa situación supuso para Francisco, al igual que en otros casos, el alejamiento y la separación definitiva con la familia de Caspe (esposa e hijo) y el inicio de una nueva vida en Francia, como bien se explica en el artículo que hemos citado anteriormente. En el país vecino Francisco fue un hombre que recibió reconocimientos honoríficos, mientras que en nuestro país ha sido una persona silenciada y olvidada, como ha sucedido con la mayoría de los republicanos que combatieron primero contra el fascismo en la Guerra de España, y contra el nazismo, posteriormente, en la Francia ocupada durante la Segunda Guerra Mundial.