martes, 31 de enero de 2012

Solidaridad con el juez Garzón

En memoria de mi tío Manuel Calvo  Terrado, fusilado en Zaragoza el  14 de agosto de 1941.

Es  vergonzoso y humillante el espectáculo que está dando nuestro país, sentando en el banquillo al juez Baltasar Garzón por haber intentado introducir un poco de justicia, tras décadas en que las víctimas del franquismo, sus descendientes y familiares hemos  tenido que soportar la soberbia de los vencedores y contemplar, sorprendidos e impotentes, el silencio implantado con una transición, que para nada fue tan modélica como nos quieren presentar. 

Es el momento de dar apoyo explícito a este juez, mostrando la solidaridad de quienes seguimos pensando que el franquismo no se ha erradicado de nuestra sociedad y menos  aún de las instituciones encargadas de velar por la justicia universal y que tendrían que ser la primeras en defender la justa reivindicación de las víctimas del fascismo.

En la página siguiente se puede dar el apoyo personal al juez Garzón.  Os invitamos a participar para denunciar este absurdo en el que nos encontramos y evitar que el silencio vuelva a traicionar de nuevo a las víctimas.

http://retratosdelahistoria.lacoctelera.net/post/2010/04/11/firmas-apoyo-al-juez-baltasar-garzon

domingo, 29 de enero de 2012

Día Internacional en memoria de las víctimas del Holocausto (II)

Vicente Pinilla, presidente de ROLDE, publicó un artículo en Heraldo de Aragón, el pasado 27 de enero, titulado “El Holocausto de los niños”,  donde reflexiona sobre la importancia de la promulgación en 1948 de los Derechos Humanos y de la institución de la conmemoración del día de recuerdo de las víctimas del Holocausto  por parte de las Naciones Unidas, para reflexionar sobre los asesinatos masivos de niños judíos. Se puede acceder a dicho artículo al final de la web siguiente:

http://www.roldedeestudiosaragoneses.org/noticias/exitosa-y-emotiva-conmemoracion-del-dia-internacional-en-memoria-de-las-victimas-del-holocausto-189/

Por otra parte, Josep San Martín, delegado de la Amical de Mauthausen en Aragón, pronunció las siguientes palabras en el acto de conmemoración y de recuerdo de las víctimas del Holocausto, celebrado en las Cortes de Aragón. Reproducimos el texto, gracias a la amabilidad de Josep.

Escribió Miguel de Unamuno que, a veces, el silencio es peor que la mentira. Desgraciadamente aún hay hoy políticos que pretenden esconder con su silencio incomprensible la realidad histórica que llevó a muchos de nuestros compatriotas a sufrir en propia carne la peor de las barbaries que la Humanidad ha vivido. Es una pena que todavía hoy el homenaje a las víctimas tenga que estar empañado por el menosprecio del olvido de quienes ostentan la representación del pueblo y creen que ya no vale la pena invertir en esfuerzos para recuperar la memoria ¡Quizá da miedo la memoria cuando uno teme encontrarse con sus propios fantasmas!

Preservar la Memoria es el antídoto más eficaz para evitarrepetir los mismos errores en el futuro. Y este fue el objetivo de un grupo de deportados republicanos cuando en 1962 fundaron clandestinamente la “Amical de Mauthausen y otros campos”. De aquello, hace ahora 50 años. No hace tantos años, aunque nos parezca una eternidad… El gobierno franquista no les había reconocido la existencia –según el gobierno franquista no había habido compatriotas nuestros en los campos nazis; el franquismo, que había usurpado la patente de ser español, les había despojado hasta de su nacionalidad–, los medios de comunicación no hablaban de todo ello, su memoria era silenciada. Pero aquellos republicanos españoles se resistieron al olvido y continuaron comprometidos en el recuerdo de todas las víctimas del nazismo. Y continuaron luchando, no sólo contra el olvido, sino también por el futuro, por nuestro presente. Lucharon por la democracia que esperaban, por la libertad que se merecían, porque ellos con su sacrificio infinito habían aportado sus vidas para conseguirla. Porque sabían que el nazismo no es una historia de película, no es un holocausto televisivo, los verdugos no son actores vestidos de SS. Ellos lo habían visto, lo habían vivido, lo habían padecido en su propia carne, habían visto morir a muchos compañeros y compañeras bajo aquella barbarie. Y también sabían que el nazismo, o el fascismo, es una ideología latente cuando no está en el poder. Por eso habían firmado aquel manifiesto, al salir de los campos, que les comprometía a seguir luchando por el “¡NUNCA MÁS!” y seguían en ello, y han seguido en ello. Porque aquel nunca más, sigue vigente hoy día. Este día de Memoria nos lo recuerda con insistencia y es obligación ineludible de los que ostentan la representación del pueblo el recordarlo.

Cuando asistimos a rebrotes de xenofobia, a comportamientos y agresiones donde el motivo principal que los genera es un hecho diferencial de cualquier naturaleza, ya sea: la raza, la ideología, la etnia, la religión, el origen, la lengua... entonces tenemos que preguntarnos si no hemos traicionado nuestro deber de transmitir a las nuevas generaciones el bagaje histórico con el que deberíamos haber aprendido que el ser humano, por el hecho de serlo, no está libre de cometer las barbaridades más execrables y más ignominiosas. Que nada, ni la cultura ni los años y años de progreso de la especie humana, ni un nivel económico avanzado, ni el hecho de ser una sociedad desarrollada... casi nada puede evitar que el hombre cometa las atrocidades más execrables.

Pero sí que hay algo que pueden ayudar a la Humanidad para que no llegue a sufrir situaciones como las vividas en Europa bajo la influencia de las ideologías nazis y fascistas: uno de estos remedios es la educación en el respeto a la persona humana, como portadora de los valores más importantes. Toda ideología que ponga por delante los valores económicos, la preponderancia de una nación sobre otra; de una etnia, de una raza, de una religión sobre las demás; toda educación que supedite la persona humana a cualquier valor material, político, estratégico... lleva la semilla que puede acabar encendiendo conductas de intolerancia, aniquilando la libertad, iniciando cualquier tipo de fascismo y posibilitando que una sociedad determinada caiga en la barbarie más absoluta.

Hemos de mantenernos atentos para evitar cualquier signo de retorno a la barbarie, como dice el estribillo de la cantata de Mauthausen:
Apostemos centinelas,
alertemos a los testigos,
subamos a las alturas
para iluminar el mañana.

Estos centinelas que nos han de mantener alerta han de ser las nuevas generaciones; los jóvenes, que tendrán que asumir el compromiso de mantener viva esta llama de la memoria. Y esto es imprescindible hoy mismo, porque hay síntomas suficientes que nos muestran el renacimiento, tanto en la vieja Europa como en el mundo entero, de elementos que llevan el signo de la intolerancia. La juventud que crecerá en este nuevo siglo ha de ser consciente de la importancia que tiene para el futuro de la Humanidad el hecho de no dejarse envenenar por los discursos de los que defienden o aplauden, o no condenan con rotundidad, las ideologías xenófobas y racistas.

Sólo con el respeto a las personas y a las diferencias que las hacen ser únicas podemos construir un mundo digno. Los nazis comenzaron a ser intolerantes con todos aquellos que eran diferentes y acabaron eliminando físicamente a los minusválidos, a las etnias diferentes, a los que pensaban diferente, a los que eran diferentes y no encajaban en aquella raza superior que ellos imaginaban ser. Y la intolerancia les llevó a los crímenes más execrables, también a la eliminación de un millón y medio de niños.

La memoria y el recuerdo del Holocausto han de ser siempre el motivo que nos recuerde insistentemente que la Humanidad tiene el deber, tiene el compromiso ineludible, de luchar porque algo así no vuelva suceder jamás.

sábado, 28 de enero de 2012

Relato del acto celebrado en las Cortes de Aragón

En el enlace que hay al final de esta entrada podéis acceder al relato del solemne acto de conmemoración del día de recuerdo a las víctimas del Holocausto celebrado en las Cortes de Aragón. Yo no pude asistir personalmente pero me consta, por lo que me explica mi amigo San Martín, que el acto estuvo cargado de dignidad y emoción. Una vez más,  se hizo evidente la necesidad de recordar a las víctimas del nazismo y de todos los crímenes contra la humanidad, como una forma de prevenir la repetición de acontecimientos de este tipo.

La colaboración entre Rolde de Estudios Aragoneses y la delegación aragonesa de Amical de Mauthausen para la preparación y desarrollo de este acto, junto a  la participación de los diferentes colectivos implicados, ha permitido llevarlo  a cabo en el Parlamento aragonés por tercer año consecutivo. El esfuerzo personal de quienes han programado y coordinado el acto es merecedor de elogio y quiero dejar constancia del trabajo realizado por Carlos Serrano, de Rolde, y  de Josep Mª San Martín, delegado de la Amical, para dar forma, coordinar las intervenciones, realizar las invitaciones,... Desde aquí mi agradecimiento personal. No pude estar presente físicamente pero, desde la distancia, me enorgullece pensar que nuestra tierra mantine la sensibilidad, demostrada sobradamente durante los últimos años, hacia las víctimas del nazismo, hacia sus entornos familiares y, por extensión, hacia todas las víctimas de la diferentes barbaries que nos ha precedido y que nos afectan en la actualidad.

Y cuando la sensibilidad de quienes nos gobiernan, parece distraída o enfocada hacia otros menesteres, es la hora de no reblar, de seguir trabajando de forma coordinada para unificar los esfuerzos de quienes seguimos pensando que la Memoria de las víctimas es la mejor manera de vacunarnos contra los brotes de intolerancia de esta sociedad, en crisis, que se muestra desorientada en aspectos tan fundamentales.

Enlace con la web de las Cortes de Aragón

viernes, 27 de enero de 2012

Un día para el recuerdo

Niños liberados en el campo de Auschwitz
Publicado hoy en "El Periódico de Aragón"

JUAN M. Calvo Gascón, Amical de Mauthausen 27/01/2012

Un año más --y este es el tercero-- Rolde de Estudios Aragoneses y Amical de Mauthausen han organizado en Zaragoza la conmemoración del Día Internacional en recuerdo a las Víctimas del Holocausto, instituido por Naciones Unidas, en noviembre de 2005, instando a celebrar actos alrededor del día 27 de enero, aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz por unidades del ejército soviético.
La mayoría de los actos programados se llevan a cabo en sedes parlamentarias --como órganos que representan la voluntad democrática de nuestra sociedad-- y así se ha venido realizando en nuestro país desde que se instituyó dicha celebración. El Congreso de Diputados, el Senado (para los actos estatales programados este año), el Parlament de Cataluña, la Asamblea de Madrid y, desde el 2010, las Cortes de Aragón han sido, y siguen siendo, algunos de los escenarios en los que se rinde un merecido recuerdo y homenaje a los millones de víctimas del exterminio perpetrado por los nazis sobre la población judía europea y sobre otros colectivos sociales: gitanos, testigos de Jehová, homosexuales, disminuidos psíquicos, perseguidos políticos.
En las celebraciones que se organizan este año, se ha establecido como tema central "Los niños y el Holocausto" para recordar a los niños judíos que hallaron la muerte durante aquel negro episodio de la historia europea. Las cifras son aterradoras. Se calcula que un millón y medio de niños y niñas, procedentes de todo el continente europeo, fueron exterminados por los nazis. ¿Qué delito habían cometido? Simplemente el haber nacido en el seno de una familia que pertenecía a un colectivo destinado a ser eliminado. En algunas comunidades judías del este europeo, los niños eran las primeras víctimas abatidas por los nazis y de forma masiva, la población infantil judía europea --tras sufrir ruptura de su familia, y el desarraigo de su entorno social-- fue destinada a las cámaras de gas.
Las imágenes conservadas de las víctimas infantiles nos muestran sus miradas, y algún gesto captado casualmente, transmitiéndonos sensaciones muy diversas según el momento en que se recogió la imagen: alegría, serenidad, contemplación, desconcierto, humillación, dolor, abandono, esperanza- Expresiones, también, de miedo, de incredulidad y de asombro de quienes, confinados en los guetos repartidos por toda Europa, dejaron de buscar explicaciones a la brusca ruptura de su añorada vida cotidiana. Muchas de aquellas instantáneas, recuperadas como memoria colectiva, son anteriores a la persecución y, cuando las contemplamos, lo que destaca de ellas es la inocencia de aquellos niños y niñas ajenos totalmente a la barbarie que se cernía sobre ellos. Miradas de inocentes, que dan verdadero sentido bíblico a la expresión, ahora que conocemos el destino final al que, irremediablemente, fueron conducidos.

LOS TESTIMONIOS de los supervivientes nos hablan del sufrimiento de los niños abandonados en los campos de tránsito, separados definitivamente de sus padres y deportados en fechas posteriores; de la solidaridad entre las internas para ocultar a los recién nacidos y protegerlos, muchas veces sin éxito, de la crueldad de los SS; de los desgarradores lloros nocturnos como expresión del dolor, del miedo y del hambre; de las condiciones inhumanas de los transportes, como el que a principios de 1945, tuvieron que soportar un grupo de mujeres, con sus hijos recién nacidos en brazos, desde Ravensbruck a Bergen-Belsen, entre las que se encontraba una zaragozana y su hija nacida unas semanas antes y cuyo fallecimiento se produjo pocos días después. Historias transmitidas por el compromiso adquirido de recordar la dignidad de cada una de las víctimas desaparecidas.
Las miradas perdidas de los niños que sobrevivieron al horror de los campos, parecían no entender la nueva situación que les llegaba con la liberación.
En nuestro contexto, la recuperación de la memoria de "nuestras" víctimas infantiles del nazismo nos conduce hacia los adolescentes deportados junto a sus padres en el conocido convoy de Angulema, en el que, casi un millar de civiles --hombres mujeres, ancianos y niños-- sufrieron un traslado caótico, bajo las bombas aliadas, desde la ciudad francesa hasta Mauthausen, adonde llegaron el 24 de agosto de 1940 y en cuya estación se vivió el desgarro de la separación definitiva de familias enteras. Muchachos con apenas catorce años fueron conducidos al campo junto a sus padres, mientras que el resto del convoy regresaba hasta la frontera de España donde fueron abandonados. La mayor parte de aquellos adolescentes sobrevivió, pero muchos conocieron la muerte de sus progenitores durante su deportación.
Hoy son los niños o adolescentes supervivientes, compañeros de aquellos otros asesinados en las cámaras de gas, los que aún conservan la voz y el testimonio para recordar a las víctimas de la deportación y del Holocausto, incorporándolas, definitivamente, a nuestro memoria colectiva. Una tarea en la que no cejaremos quienes hemos asumido, como propio, el compromiso adquirido por los supervivientes en aquella primavera de 1945, cuando se abrieron, definitivamente, todas las puertas de los campos de la muerte.

martes, 24 de enero de 2012

Día Internacional en memoria de las víctimas del Holocausto

Acto central en Aragón: Palacio de la Aljafería de Zaragoza, 27 de enero a las 19,30 horas

Un año más la Amical de Mauthausen conjuntamente con Rolde de Estudios Aragoneses organizan el acto principal de recuerdo y homenaje en Aragón, a las víctimas del Holocausto.

Dicho acto se enmarca en el Día Internacional en memoria de las víctimas del Holocausto, fijado por Naciones Unidas en el 27 de enero, día que se recuerda la liberación del campo de exterminio de Auschwitz.

Este año, la conmemoración pone un especial énfasis en el recuerdo y homenaje a los niños y niñas que sufrieron la barbarie. Ese recuerdo forma parte, además, del principal objetivo de esta conmemoración: el aprendizaje y la sensibilización acerca de algo que no está solo en los libros de Historia, y sobre lo que es preciso insistir para que no vuelva a repetirse nada similar.

El acto, que contará con presencia de los representantes de varios de los principales colectivos víctimas de la persecución, la deportación y el exterminio nazi, y con diferentes testimonios e intervenciones, tendrá lugar en el Palacio de la Aljafería de Zaragoza, sede de las Cortes de Aragón, el viernes 27 de enero, a las 19,30 horas.

martes, 17 de enero de 2012

MARIANO CONSTANTE: en el segundo aniversario de su fallecimiento

El día 20 se cumplirá el segundo aniversario de la muerte de Mariano Constante, aunque la noticia de su fallecimiento trascendió unos días después de haberse producido. Desde entonces se le ha recordado en diferentes medios  y especialmente en el homenaje que se le tributó en  Sariñena en abril de 2010, donde se puso de manifiesto la simpatía hacia quien, de una forma tan exhaustiva, testimonió sobre las circunstancias que arrastraron a unos 7.000 republicanos españoles al campo de Mauthausen.

Han pasado ya dos años y echamos en falta un homenaje de las instituciones aragonesas a  Mariano Constante, un homenaje que tendría que ir más allá de las merecidas loas hacia la persona para incidir y profundizar en su personalidad y en el valor de su testimonio que dejó plasmado en sus libros, en los numerosos artículos que escribió, en su participación en documentales, en las entrevistas radiofónicas y las publicadas en la prensa escrita, en sus múltiples conferencias repartidas por el territorio,… y también en su participación en la fundación de las asociaciones creadas por los supervivientes, ya fuese en la Amicale de Mauthausen francesa, o colaborado con los fundadores de la Amical de Mauthausen española, desde un primer momento.

Para recordar a Mariano Constante, el republicano exiliado, deportado y superviviente, traigo las palabras que escribí, tras haber tenido conocimiento de su muerte, y que fueron publicadas en Andalán.es el 6 de febrero de 2010

En recuerdo del republicano aragonés Mariano Constante
Ante la noticia del fallecimiento de Mariano Constante, la primera imagen suya que me viene al recuerdo es el de una tarde de invierno, en el salón de su casa en la ciudad de Montpellier, rememorando espacios comunes de nuestro  añorado Aragón.  Mariano fue desgranando, poco a poco, con su acostumbrada vehemencia, su pasión por el Alto Aragón y,  por extensión, por todo lo aragonés.  En su conversación fueron hilvanándose, uno a uno, los nombres de los amigos y conocidos comunes.  En un momento, tras un corto e intenso silencio, su mirada y su rostro cambiaron al referirse a aquellos amigos que quedaron en Mauthausen,  “sin ninguna duda –dijo-los mejores entre nosotros”.  Volvieron a nombrarse con vigor, en la penumbra del atardecer, los nombres de aquellos antiguos compañeros de armas y de martirio: Sampériz, Gascón, Santolaria, Monreal, Bravo,…  Con emocionada admiración recordaba el sacrificio de los republicanos de Mauthausen, muchos de ellos camaradas comunistas a quienes definía como “los eslabones de una cadena” que supieron organizar la resistencia, en la más absoluta clandestinidad, desafiando el miedo, el control de los “kapos” y la despiadada presencia de los SS.

Su discurso, que conservaba un marcado acento aragonés,  con alguna interferencia fonética del francés, siguió con ímpetu hasta el anochecer.  Mariano se  ilusionó especialmente con la posibilidad de ver reeditada en España su primera obra, Triángulo Azul. Los republicanos españoles en Mauthausen, escrita conjuntamente con su camarada Manuel Razola, y publicada por primera vez en francés en el ya lejano 1969. Muestras de ilusión que iban acompañadas de frases de reconocimiento hacia quienes tomaban la palabra, de nuevo, para difundir entre los jóvenes –repetía una y otra vez- el terror vivido en Mauthausen y en los otros campos nazis, los asesinatos sobre tantos inocentes, la crueldad de los esbirros de los nazis, de los SS  y, también, para dar a conocer el valor de la solidaridad entre los españoles y con el resto de nacionalidades presentes en el campo austríaco.

Mariano Constante ha fallecido de una afección cardíaca cuando le faltaban unos meses para cumplir 90 años. Sobrevivió al campo de exterminio de Mauthausen donde entró en abril de 1941, cuando le faltaban tan sólo unos días para cumplir los 21 años. Su experiencia, desde los 17 años, había sido muy dura. Comenzó en el campo de batalla para defender el gobierno legítimo de la República,  como miembro de la 43 División batallando primero por tierras de Aragón y, posteriormente,  sufriendo el avance imparable de los fascistas sublevados por tierras catalanas; siguió el exilio, los campos franceses y su detención por los alemanes en la primavera de 1939. Casi un año rondando por diferentes campos de prisioneros de guerra para ser deportado –al igual que otros 7.000 españoles- al campo de Mauthausen, donde permaneció algo más de cuatro larguísimos años asistiendo al asesinato, el desfallecimiento y la muerte de tantos y tantos compañeros de infortunio.

Tras la liberación, vino la lenta recuperación de la maltrecha salud y la posibilidad de rehacer una vida familiar y laboral en Francia que se hacía imposible en su Aragón natal por tener una condena de muerte pendiente en España. Diferentes  trabajos, penurias y escasez de medios  corrieron parejos a la actividad para hacer prevalecer la memoria de quienes no pudieron regresar de los campos de la muerte.  Mariano y sus compañeros, también tuvieron que luchar contra los fantasmas ideológicos que cuestionaban su comportamiento en los campos:  ¿acaso tenían que sentirse culpables por haber sobrevivido a la deportación? Para Mariano comenzaba una dura labor por dignificar al colectivo republicano de Mauthausen. Encontró apoyos fundamentales entre los compañeros fundadores de la Amical parisina y otros como el de la amiga Lise Ricol London (descendiente del Maestrazgo turolense) que le animaron a recopilar información y relatar la experiencia del colectivo español en el campo nazi. Su apoyo y colaboración con los exdeportados que habían regresado a España, en un proceso que culminó con la creación de la Amical española en 1962, fue permanente a lo largo de estas décadas  y se ha mantenido, aconsejando y dando testimonio, hasta el final de sus días.
No es el momento de valorar el testimonio legado en sus  libros, o recogido en otros tantos proyectos audiovisuales, que sigue siendo fundamental para el conocimiento de los que allí sucedió, aún reconociendo –como todo testimonio- su limitación por presentar una realidad fragmentada y parcial: ¡a ninguna víctima se le puede exigir objetividad en su relato!.

En estas líneas hemos querido valorar al hombre, al joven republicano de Capdesaso (Huesca) que vio truncada su trayectoria por las circunstancias históricas que le toco vivir. Mariano peleó toda su vida por sus ideales republicanos y comunistas, por ello tuvo que pagar un precio muy alto. A pesar de ello, él se consideraba un privilegiado, por haber superado la dura prueba de Mauthausen, pero su viejo y tozudo corazón, dijo “basta” el pasado 20 de enero y la vigorosa voz de Mariano ha callado para siempre.

Es por eso que hoy, cuando la palabra de los testigos que sufrieron la barbarie se va desvaneciendo, es más necesario que nunca mantener su recuerdo, porque profundizando en el conocimiento de lo que fue la  deportación de millones de personas, en aquella Europa civilizada y culta, podremos tomar conciencia de los peligros que nos acechan. La banalización de lo ocurrido durante el nazismo, puede ser la antesala de situaciones futuras –o presentes- donde la vida de los seres humanos y sus Derechos sean un mero enunciado teórico alejado de la realidad cotidiana de las gentes. Por ello,  volviendo a la figura de Mariano Constante -y con su nombre recordando a todas las víctimas del nazismo- es necesario gritar bien alto aquel  ¡Nunca más! que los supervivientes de todos los campos se comprometieron a defender en el juramento que realizaron, tras su liberación, en la ya lejana primavera de 1945.
                                  

martes, 10 de enero de 2012

FELICIANA PINTOS NAVAS: superviviente de Auschwitz, Ravensbruck y Mauthausen. [1]

Feliciana Pintos Navas. Museo Nacional de Auschwitz
A partir de su localización en una página web dedicada a quienes fueron deportados, por razones políticas, desde Francia a Auschwitz[2], conocimos  unos breves retazos de la vida de esta española, resistente durante la Segunda Guerra Mundial, que conoció la experiencia de la deportación a los campos nazis, en un itinerario que le llevó primero a Auschwitz (Polonia), posteriormente a Ravensbruck (Alemania) y por último a Mauthausen (Austria).

El origen de Felicienne Bierge, la única deportada española superviviente del campo de Auschwitz, parecía confuso. Ahora sabemos -gracias a la amabilidad del responsable del Registro Civil-  que Feliciana, hija de Justo Pinto Calvo y Eugenia Navas Muñoz,  nació el 9 de junio de 1914 en El Barraco, en la provincia de Ávila[3] y no en la localidad zaragozana de Marracos como figura en el Libro Memorial Español[4] publicado en 2005. Entre 1920 y 1921 la familia, compuesta por el matrimonio y ocho hijos, emigró a Francia instalándose en Burdeos. A los trece años comenzó a trabajar en una fábrica y fue en este ambiente donde entró en contacto con el movimiento obrero organizado.

En 1936 se casó con Joseph Raymond Bierge, un trabajador especialista de los astilleros de la Gironde. Ambos participaron en las luchas que tuvieron lugar entre 1935 y 1936 en el contexto de la formación del Frente Popular y en las masivas protestas reivindicativas que sucedieron a la formación del nuevo gobierno de izquierdas[5]. La decisión gubernamental de desarrollar la industria aeronáutica, con la apertura de una nueva factoría en Beglès, hizo que el matrimonio Bierge trasladase su residencia buscando las mejoras salariales que se ofrecían en este nuevo sector de la industria francesa. El matrimonio Bierge no fue indiferente al estallido de la Guerra Civil española y llevaron a cabo diferentes acciones solidarias con la población civil republicana, organizando colectas entre los obreros franceses para recabar dinero, ropa y alimentos imperecederos que fueron trasladados a España para intentar paliar el sufrimiento de los niños españoles afectados por la contienda. 


Militantes comunistas, tras la ocupación alemana se instalaron clandestinamente en la población de Villenave d'Ordon, en el sur de la periferia de Burdeos y su domicilio se  convirtió en un centro de reunión de los responsables de diferentes grupos de la resistencia y de difusión de propaganda, con la instalación de un par de imprentas de donde salían los periódicos y las octavillas que iban a parar a las redes clandestinas hacia las fábricas y poblaciones cercanas. Traicionados por un miembro de la organización, fueron detenidos en julio de 1943: Joseph fue arrestado el día 3 en su lugar de trabajo y,  tras un riguroso registro de su domicilio, Feliciana fue detenida, teniendo que dejar a su hijo Henry, de cuatro años, al cuidado de una vecina. Joseph sufrió torturas durante su encierro y  el 21 de septiembre, fue fusilado en el campamento de Sougue  a la edad de 30 años, en una jornada en que los alemanes acabaron con la vida de 70 resistentes. Feliciana fue juzgada y encarcelada en la prisión de Romainville desde donde un grupo de prisioneras, a principios de 1943,  fueron trasladadas a Compiègne para ser deportadas a Alemania.


En la fría y húmeda mañana del domingo 24 de enero de 1943 se formó el  que sería el único transporte con detenidas políticas francesas con destino a Auschwitz. El convoy estaba compuesto por más de 1.500 hombres procedentes del campo de Royallieu que habían llegado la noche anterior y ocupaban los vagones de cabeza, mientras que los cuatro últimos estaban reservados para un grupo de 230 mujeres resistentes. Los hombres fueron internados en el campo de Sachsenhausen y las mujeres, después de tres largos y penosos días de viaje, casi sin comida, sin agua y ateridas de frío, llegaron a un destino desconocido: los vagones se abrieron. Gritos, aullidos, órdenes incompresibles, perros, metralletas, golpes con las armas. Al borde de la vía, sin estación. El frío nos atravesaba ¿Dónde estábamos? Sólo lo supimos dos meses más tarde. Ciento cincuenta murieron sin saber que estaban en  Auschwitz[6]. La mortalidad entre el grupo “de las 31000” –denominación con la que  han pasado a la posteridad las componentes de aquel transporte, a Feliciana le fue adjudicada el nº 31734 - fue muy alta puesto que seis meses después de su llegada a Birkenau, de las 230 mujeres solamente seguían con vida 57. Entre las fallecidas en Auschwitz se encontraban su compañera de resistencia, Paula Trapy, que murió por los malos tratos recibidos y también dos españolas, María Alonso[7] y Lucía Martos[8] que habían sido detenidas como resistentes y deportadas en aquel mismo convoy. 

Feliciana permaneció en Auswichtz hasta el 4 de agosto de 1944, momento en que fue transferida, junto a varias compañeras al campo de Ravensbruck[9]. No sería éste su último destino puesto que, ante el avance de las tropas soviéticas, los nazis evacuaron el campo de las mujeres y durante los primeros días de marzo de 1945 trasladaron unas 2.500 prisioneras a Mauthausen entre las que viajaban Feliciana y aquella treintena de compañeras. Llegaron a la estación por la noche e hicieron el camino hasta el campo aterrorizadas en medio de la oscuridad: La columna se puso en marcha. Las que se encontraban mejor sostenían a las demás; subimos lentamente, a través de la nieve que crujía bajo nuestros pies. Arriba en el cielo, en el horizonte, veíamos brillar un gran resplandor: llamas. Durante seis kilómetros caminamos atraídas por esas llamas y seguimos andando. De pronto sonó un chasquido en la noche, luego otro y otros. Nos apretábamos un poco más, sosteniendo con más fuerza a las enfermas. Instintivamente comprendimos que las que caían no se levantarían ya más: un revólver SS acababa con ellas”[10]El día 7 de marzo fueron registradas en el campo austriaco y a Feliciana le correspondió la matrícula 1285.

Varios republicanos españoles, supervivientes de Mauthausen, han narrado la llegada de este convoy de mujeres dando testimonio de su  presencia. Mariano Constante[11] decía que la mayoría de las recién llegadas francesas y belgas “pero entre ellas había varias españolas”  y fue gracias a la aportación de Josep Bailina[12] que sus nombres pudieron ser recogidos en el libro que Montserrat  Roig[13] dedicó a los catalanes deportados a los campos nazis: Carlota García, la mujer de Olaso… Angelina Martínez, Feliciana Bierge,  Herminia Martorell[14], Carmen Zapater, Rosita de Silva y  Alfonsina Bueno Vela[15], son algunas de aquellas mujeres que desataron la inmediata solidaridad de los internos para protegerlas desde el mismo momento de su entrada en el campo y cuya presencia -durante las pocas semanas que coincidieron en Mauthausen- quedó permanentemente grabada en su memoria. Estas prisioneras  permanecieron en Mauthausen hasta el 22 de abril, fecha en que las autoridades del campo entregaron un grupo de deportados y deportadas de origen francés a la Cruz Roja Internacional,  organismo encargado de su repatriación a Francia por Suiza. Una operación que se realizaba de forma paralela a la que tenía lugar en Ravensbruck, donde una decena de compañeras también fueron liberadas, por aquel mismo organismo, durante aquellos días.


Feliciana tuvo la fortuna de ser una de las 49 supervivientes de aquellas 230 resistentes que salieron la madrugada del 24 de enero de 1943 hacia un infierno donde encontraron desprecio, humillación, trabajo esclavo, desconsuelo y muerte pero también camaradería y solidaridad. Su historia de desvanece en el anonimato y a su breve biografía sólo podemos añadir que pudo rehacer su vida en Burdeos, se casó posteriormente, en segundas nupcias, pasando  a llamarse Mme. Labrugère y pudo testimoniar tanto su actuación en la resistencia como su experiencia en los campos nazis. Falleció el 11 enero de 1996 a los 81 años de edad.


[1] Salvo alguna actualización, el contenido básico de este texto fue publicado en  Juan M. Calvo Gascón: “Feliciana Bierge” en Who resisted. Biographies of Resistance Fighters from entire Europe in the Mauthausen Concentration Camp. Viena, Ed. Mauthausen. 2008, pp. 222-223.
[2] http://www.memoire-vive.net/spip.php?article102 (consulta realizada en diciembre de 2007)
[3] Sobre la identificación y errores en la filiación de Feliciana: Juan M. Calvo Gascón: Itinerarios  e identidades. Republicanos aragoneses deportados a los campos nazis. Gobierno de Aragón, Zaragoza, 2011.
[4] B. Bermejo y S.Checa : Libro Memorial. Españoles Deportados a los campos nazis. Madrid, Ministerio de Cultura, 2006, p.155.
[5] http://www.fusilles-souge.asso.fr/.
[6] Charlotte Delbó, superviviente de aquel transporte ha escrito varias obras de gran calidad literaria, dando testimonio del  sufrimiento de este grupo de mujeres resistentes. V.:   Le Convoi du 24 janvier. Editions de Minuit, París, 1966
[7] María Alonso nació el 20 de agosto de 1910 en Santa Fe de Mondujar (Almería). Enfermera de profesión, residía en Francia y formó parte del  “réseau des postiers” cuyos miembros fueron mayoritariamente fusilados o deportados. María a quien se le adjudicó el nº 31778, falleció en Auschwitz el 27 de febrero de 1943 tan sólo un mes después de su ingreso.
[8] Luz Higinia Goñi Ayestarán. Nació en Cirauqui (Navarra)  el 11 de enero de 1906. En 1932 fue a París y trabajó en varias casas. En 1934 se casó con José Martos. Ambos colaboraron con la resistencia durante la ocupación nazi. Luz fue detenida en 1941 y fue encarcelada en la prisión de La Sante y en el castillo de Romainville. Falleció en  Auschwitz (nº 31696)  el 1 de mayo de  1943. V.: http://www.diariodenavarra.es/especiales/holocausto/.
[9] http://monument-mauthausen.org/Feliciana_BIERGE.html?var_recherche=bierge. En la consulta, realizada en diciembre de 2011, constatamos que figura como lugar de nacimiento “Baraco-Avila, Espagne”
[10] Testimonio colectivo de varias deportadas francesas recogido por  C. Bernadac: Comando de mujeres. Ed. Grijalbo. Barcelona, 1976 (pág. 191 y stes.)
[11] M. Constante nació en Capdeaso (Huesca) en 1920. Combatiente republicano, fue deportado a Mauthausen (4584) en abril de 1941. Miembro de la organización clandestina de  los comunistas españoles. Tras la liberación publicó  varios libros dando testimonio de su paso por Mauthausen. Falleció en Montpelier el 20 de enero de 2010. V.: Los años Rojos. Españoles en Mauthausen. Ed. Martínez Roca. Barcelona, 1974 (pág.169 y stes.)
[12] J. Bailina nació en Santpedor (Barcelona) en 1911. Oficial de ejército republicano, fue deportado  a Mauthausen en abril de 1941 (4971). Tras su liberación residió en Paris donde falleció en 1984.
[13] M. Roig: Els catalans als camps nazis. Ed. 62. Barcelona.2003, pp. 423-425.
[14] Zaragoza, (5/11/1903). Resistente, fue internada en las prisiones de Aix-la-Chapelle y en el Fort de Romainville. Deportada a Ravensbruck el 16 de marzo de 1944 (nº 31963) de donde fue transferida a Mauthausen el 7 de marzo de 1945 (nº 2196). Fue liberada por la Cruz Roja y repatriada a Francia. Falleció en abril de 1981.
[15]El padre, el hermano y el esposo de Alfonsina Bueno habían sido deportados a Mauthausen en abril de 1944. Especialmente emotivo fue el encuentro de Alfonsina con  su esposo, el dirigente anarquista, Josep Esther (64553), siendo liberados ambos por la Cruz Roja Internacional.  Su padre había muerto gaseado en agosto de 1944 y su hermano fue liberado en mayo de 1945. V: Juan M. Calvo Gascón, Op. cit., pp. 96-99.

jueves, 5 de enero de 2012

AMARGA MEMORIA: supresión de una sensibilidad.

La Consejera  de Educación, Universidad, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, dio por acabado el Programa  Amarga Memoria que, de una forma tan brillante, había desarrollado la política de Memoria Histórica del anterior Gobierno aragonés. Como respuesta y valoración a esta decisión política, el historiador y amigo, José Ramón Villanueva, publicó el siguiente artículo que reproduzco, con su autorización, por la coincidencia en sus planteamientos:  


UN OPROBIO A LA MEMORIA
 
Tildar el programa Amarga Memoria de "superfluo" es una frivolidad carente de la más mínima sensibilidad

JOSÉ RAMÓN Villanueva, Nieto de un carabinero de la República
El Periódico de Aragón 29/12/2011
No por esperado, ha causado menos malestar la decisión del Gobierno de Aragón, anunciada por la consejera Dolores Serrat, de suprimir el programa Amarga Memoria calificándolo de "superfluo". La coartada perfecta para tomar esta medida ha sido la necesidad de realizar ajustes presupuestarios, pero la realidad es que el PP, ahora en el Gobierno, nunca ha tenido la voluntad política de acometer el deber moral y cívico que nuestra democracia adeuda, todavía, para con las víctimas del franquismo, una cuestión de salud democrática que debería medirse por otros parámetros distintos a los meramente economicistas. La derecha española, también en Aragón, siempre se ha mostrado reacia a romper, de verdad y de forma definitiva, las amarras emocionales e ideológicas con la herencia del franquismo, a diferencia de lo hecho otras derechas europeas, como las de Alemania, Italia o Francia, que apoyaron las políticas públicas de la memoria histórica antifascista y del impulso de la educación cívica en los valores democráticos.
 
Debemos recordar la Proposición no de ley 127/06 relativa al impulso de medidas para la recuperación de la memoria histórica del programa Amarga Memoria, presentada en las Cortes de Aragón por Chunta Aragonesista. En los debates de la misma, el año 2006, el PP ya dejó clara su posición. Una lectura atenta del Boletín Oficial de las Cortes de Aragón recoge determinadas afirmaciones de Antonio Suárez, entonces diputado portavoz del PP, sobre la referida proposición no de ley a la que calificaba de "sectaria" y "fundamentalista", "un camino equivocado", que sólo pretendía "la confrontación social". A nivel nacional, en pleno debate parlamentario sobre la futura Ley 52/2007 de la Memoria Histórica (LMH) impulsada por el Gobierno de Zapatero, ya advirtió Rajoy de que la derogaría en caso de ganar las elecciones del 2008 y es previsible que las políticas del PP pongan fin a la legislación memorialista que, pese a todas sus deficiencias y limitaciones, había abierto el camino para la plena reparación moral, y tal vez jurídica, de las víctimas de la dictadura franquista.

El programa Amarga Memoria del Gobierno de Aragón, bajo el impulso de Jaime Vicente Redón, ha realizado durante estos últimos años una labor encomiable gracias al trabajo realizado por Ana Oliva o Elisa Plana, junto con el apoyo entusiasta de Juan Carlos Gil y demás funcionarios de la Dirección General de Patrimonio Cultural. Se editaron numerosas publicaciones, se realizaron diversas actividades culturales, jornadas y exposiciones, también en el ámbito educativo (visitas al Campo de Mauthausen o el proyecto de cooperación transfronteriza Las Rutas de la Memoria), se elaboró un mapa de fosas en Aragón (519 localizadas, uno de los más completos y sistemáticos de España), además de efectuar diversas exhumaciones con las oportunos criterios arqueológicos y antropológicos.

A FECHA DE HOY, y mientras siga en vigor la Ley 52/2007, corresponde a los poderes públicos, esto es, al Gobierno de Rajoy en Madrid o al de Rudi en Aragón, amparar y realizar actuaciones concretas en el ámbito de las políticas públicas de la memoria histórica. De hecho, la referida ley insta a la colaboración de las administraciones públicas con los particulares para la localización e identificación de las victimas "como última prueba de respeto hacia ellos", y también indica expresamente que "es deber del legislador, y cometido de la ley, reparar a las víctimas, consagrar y proteger, con el máximo rigor normativo, el derecho a la memoria personal y familiar como expresión de plena ciudadanía democrática, fomentar los valores constitucionales y promover el conocimiento y la reflexión sobre nuestro pasado, para evitar que se repitan situaciones de intolerancia y violación de derechos humanos". Y todo ello, no ha sido, no es, y nunca será algo "superfluo".

Una de las razones esgrimidas por el PP para enterrar Amarga Memoria es la de que había que recuperar "el espíritu de la Transición". Pero quienes esto dicen, olvidan los peajes que entonces hubo que pagar para consolidar la democracia española, entre ellos, el aprobar la Ley 46/1977 de Amnistía, una ley de punto final para con los crímenes del franquismo, el renunciar al restablecimiento de la legalidad republicana o el posponer las justas demandas de las víctimas de la guerra civil y de la dictadura franquista. Hoy, después de tres décadas de democracia constitucional, estas demandas de justicia, verdad y reparación que empezaron a abrirse paso, con problemas y dificultades en estos últimos años, no pueden quedar sepultadas por la previsible involución auspiciada por las políticas conservadoras del PP. Calificar estas cuestiones como "superfluas" es, cuando menos, una frivolidad carente de la más mínima sensibilidad cívica.

Los familiares de víctimas del franquismo han llorado durante largos años por sus familiares asesinados, muchos de ellos arrojados a cunetas donde yacen, todavía, para escarnio de nuestra democracia. Hoy vuelven a llorar por el desinterés de la derecha gobernante en España y también en Aragón por las cuestiones relacionadas con la memoria histórica y, mientras tanto, la herida, esa herida, esa historia sangrante, seguirá sin cerrarse.