sábado, 13 de octubre de 2012

El Pilar de 1942: Vencedores y vencidos (I)

Cartel de 1942 tomado de zaragozame.com
La prensa española destacaba entre sus páginas la celebración de las fiestas en honor a la Virgen del Pilar  de aquel año,  El diario La Vanguardia  reseñaba los actos celebrados en Madrid, Zaragoza y Barcelona bajo el título: “Se celebra con esplendor en toda España la festividad del Pilar”. Celebraciones religiosas, homenajes a la Guardia Civil, procesiones,… actos, todos ellos, presididos por las autoridades civiles y militares de la época.

La reseña de la celebración en la capital aragonesa destacaba la animación y la afluencia de gentes venidas de diferentes lugares de España: La animación en las calles es verdaderamente extraordinaria y desde hace muchos años no se recuerda tanta afluencia de forasteros, ya que de todas partes de España llegan a Zaragoza multitud de peregrinaciones y devotos para rendir su tributo de veneración a la Virgen del Pilar”.

Celebraciones que comenzaron a las tres de la madrugada con la presencia de varios grupos de Acción Católica que, desde la iglesia de San Pablo, recorrieron varias calles del centro “entonando las clásicas Auroras” y  una hora y media más tarde, en el santuario de la Raza, se celebraba una misa de Infantes.

La crónica recogida por el rotativo barcelonés continuaba así:

A las cinco de la mañana “el panorama que ofrecía la Plaza del Pilar, calle de Alfonso, Coso, Plaza de España y Paseo de la Independencia era verdaderamente maravilloso por su animación. En el templo del Pilar hubo, a las diez de la mañana, una solemne misa pontifical, que fue oficiada por el arzobispo de Zaragoza, doctor Doménech. Asistieron a ella todas las autoridades jerárquicas del Movimiento y las gestoras municipal y provincial en corporación. El templo lucía la iluminación extraordinaria. La oración sagrada estuvo a cargo del doctor Juliá.

El relato de las fiestas del Pilar de 1942, también fueron recogidas por otros diarios. El corresponsal del ABC madrileño, el 14 de octubre, insistía en la animación popular que desbordaban las calles zaragozanas. Teatros y corridas de toros con las entradas agotadas y el templo de la Raza (El Pilar) resultaba pequeño “para contener esta ferviente invasión de pilaristas, que crece en progresión fantástica todos los años”. Seguía la noticia de la celebración de las fiestas del Pilar destacando alguno de los actos religiosos que habían tenido lugar el día 12:

A las siete de la tarde, salió de la Catedral el Rosario general, en el que figuraban Cofradías, Asociaciones y treinta coros de los Colegios y Rosarios de los pueblos. Presidió el capitán general y asistieron el Ayuntamiento y la Diputación en corporación, autoridades militares y civiles, jerarquías del Movimiento y representaciones de centros y entidades (…) Por la mañana, se celebró en el Pilar una misa organizada por la Guardia Civil, en honor a su patrona. Presidió el capitán general y asistieron también autoridades, jerarquías y representaciones. Las fuerzas de la Guardia Civil  desfilaron por la plaza del Pilar, ante las autoridades”.

Festejos mediante los cuales el régimen franquista aparecía bajo la protección del manto de la Virgen y de la Iglesia oficial,  mezclándose lo político y lo religioso en una amalgama inseparable. No en vano la Guerra había sido un Cruzada en nombre de Dios, como bien se expresaba en el lema que los vencedores habían paseado por las poblaciones de todo el Estado y que ahora cantaban con orgullo, aprovechando cualquier circunstancia, dejando bien claro quien había ganado la Guerra y quienes la habían perdido.

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