jueves, 28 de julio de 2011

MAUTHAUSEN: viajar para conmemorar (I)

Delegación española entrando al campo en el homenaje internacional
La Amical de Mauthausen organiza un viaje a Austria, año tras año, durante la primera semana del mes de mayo, para asistir a los actos que conmemoran la liberación de Mauthausen el 5 de mayo de 1945. El viaje tiene como objetivos principales el de acompañar a los deportados supervivientes, que asisten para recordar a sus compañeros fallecidos durante su deportación, y el de hacer participar a estudiantes de bachillerato, procedentes de diferentes Comunidades Autónomas, los cuales han trabajado previamente, en sus centros educativos, la historia de la deportación o temáticas relacionadas con la defensa de los Derechos Humanos y, durante el viaje, son los encargados de llevar a cabo el desarrollo de los homenajes en el castillo de Hartheim y en los campos de Ebensee, Gusen y Mauthausen que suelen ser los lugares visitados.

El viaje cuenta con el apoyo de diferentes instituciones y organismos –el 2005 contó con la presencia del Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y en el 2010 asistió la Vicepresidenta Mª Teresa Fernández de la Vega-  y el Gobierno de Aragón ha tenido una presencia continuada, en los últimos años en colaboración con el Programa Amarga Memoria, facilitando la presencia de estudiantes aragoneses procedentes de localidades tan diversas como Alcañiz, Fraga, Fuentes  de Ebro, Grañén, Huesca, Maella, Zaragoza, Ejea, Caspe, Valderrobres, … También forman parte del grupo familiares de víctimas, amigos y periodistas que cubren los actos.

José Alcubierre, David Moyano y Juan Camacho en Ebensee
En el año 2007, entre el centenar de viajeros, figuraba un equipo de informativos de Aragón Televisión,  formado por Jorge Romance y Sergio Almárcegui, los cuales convivieron durante cuatro días con los viajeros grabando los actos y tomando testimonio a los supervivientes que formaban parte del grupo: José Alcubierre, Juan Camacho y David Moyano. El resultado de su trabajo fue un documental para el programa 60 Minutos de Aragón Televisión que podéis seguir en el siguiente enlace:

También participó en el viaje Carmen Martínez Urtasun quien, en aquellos momentos, era Directora General de Política Educativa del Gobierno de Aragón, y sus palabras eran las primeras que un representante institucional de Aragón  dirigía, ante el monumento de los republicanos españoles, como reconocimiento y homenaje a los deportados:
 Representantes del IES Bajo Aragón de Alcañiz con Camen Martínez, en el centro, ante el monumento a los españoles
Buenos días, yo creo que no se puede decir más de lo que aquí se ha escuchado, ni palabras más bellas, ni palabras más duras, ni poemas tan dolorosos. Nosotros hemos venido desde Aragón, como delegación oficial físicamente por primera vez, pero sabéis que fueron muchos los deportados,  unos diez mil de los que casi mil eran  aragoneses que llegaron aquí. Nosotros somos una comunidad muy grande en territorio un diez por ciento, pero muy pequeña en cuanto al número de personas, un tres por ciento. Nosotros siempre tenemos una familia, unos amigos, unos conocidos que han conocido a alguien que estuvo aquí. Yo creo que estamos aquí tres, cuatro generaciones, haciendo que se cumpla el acuerdo más bello y más trágico de cuantos se pudo realizar aquí: que esto no  vuelva a pasar y  que esto se pueda contar. Por eso la labor que hacéis yo creo que es una labor excepcional, la labor que se está haciendo desde la educación, los profesores, que vosotros estáis contando a nuestros jóvenes, que son el futuro, vean, oigan de vuestras propias bocas lo que aquí pasó. No es lo mismo leerlo en un libro que oíroslo a vosotros, no es lo mismo ver las fotografías que estar aquí. Yo creo que es una tragedia tan sumamente increíble que aunque los jóvenes están aquí, han llorado como niños viendo los campos, hablando con vosotros, todavía puede resultar un poco increíble. Por eso la labor que tenemos que hacer todos, desde las instituciones, desde la escuela, desde los gobiernos, desde las asociaciones, es hacer realidad aquel acuerdo, es hacer que los diez mil españoles que estuvieron aquí, sientan que no los traicionamos.
Yo creo que tenéis que recordar todos, sobre todo los más jóvenes algo muy importante: Mauthausen puede estar en cualquier sitio; Mauthausen puede ser cualquier patera, cualquier país africano, oriental, americano; Mauthausen podría estar en cualquier sitio. Porque aquí había gente que intuía, que sabía lo que pasaba, y había gente que callaba, y nosotros no deberíamos hacer lo mismo.
Desde España, desde Aragón, somos conscientes que hicimos un período de  transición duro, difícil, porque veníamos de una guerra civil y de una dictadura con muchas heridas. Yo creo que somos conscientes que fue una transición con renuncias y con silencios y que  no se os ha reconocido lo suficiente lo que pasó. Yo creo que sufristeis dos veces, que casi moristeis dos veces, que puede ser casi una tragicomedia, el salir de España, el perder una guerra, el venir deportados y volver a caer otra vez. Seguramente nadie os lo reconocerá lo suficiente, pero debéis comprender también que España debía seguir, que tuvo que hacer una transición, que hubo que renunciar. Ahora, cuando la democracia está ya consolidada es cuando tenemos todos que  recuperar  esos olvidos y rehacer esos errores y homenajearos cada vez que podamos, porque sois la memoria viva de lo que la humanidad no debería volver a hacer. Por eso, muchas gracias.

domingo, 24 de julio de 2011

BENITO ANDALUZ MARTÍNEZ: trabajador forzado al servicio de los nazis.

Cientos de miles de ciudadanos europeos fueron obligados a realizar  trabajos forzados para los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.  Muchos de ellos sufrieron deportación a los campos ubicados en el interior del territorio del Reich para ser empleados en la poderosa industria bélica. Pero otros muchos fueron obligados a realizar trabajos forzados en los territorios ocupados ya fuese en la construcción de infraestructuras de carácter defensivo, en instalaciones industriales, en la minería,…Entre aquellos trabajadores hubo varios miles de españoles: refugiados republicanos en Francia que, tras la ocupación alemana, fueron alistados de manera forzosa,  en los campos del Mediodía francés, y trasladados a los centros de trabajo  donde sufrieron explotación,  accidentes y  enfermedades -que a veces les acarreó la muerte-  hambre y humillación. Algunos consiguieron evadirse y otros permanecieron trabajando  hasta su liberación a medida que los alemanes eran derrotados en el campo de batalla, tras el desembarco de los aliados en Normandía durante la primera semana de junio de 1944.  

Es el caso de  Benito Andaluz Martínez quien, en 1965, desde su residencia en Garrapinillos, se puso en contacto con los fundadores de la Amical de Mauthausen los cuales, desde hacía tres años, intentaban contactar con los antiguos deportados a los campos de concentración y de exterminio, que habían regresado a España, y con las viudas de las víctimas para asesorarles de los derechos que tenían sobre las indemnizaciones establecidas por el gobierno alemán. Ese era el sentido de la primera carta[1], fechada el 7 de abril de 1965, en la que Benito iniciaba su escrito solicitando que se le informase “de los asuntos sobre los prisioneros de los campos de los alemanes pues yo en una ocasión, hace tres años,… me dirigí a París y me comunicaron que se había cerrado el plazo… Yo he sido uno de los que padecimos las vejaciones nazis en  los campos de 1941 al 45”.  Mediante las cartas y la documentación  que envió Benito a los gestores de la Amical  podemos conocer a grandes rasgos, su itinerario en el exilio y las características de los centros donde fue destinado como trabajador forzado.

Benito había nacido el 18 de agosto de 1897 en Clarés de Ribota y estaba casado con Hortensia Alloza, de cuyo matrimonio nació un hijo. Desconocemos su participación en la Guerra, pero el 8 de abril de 1939 cruzó, clandestinamente, la frontera francesa siendo internado en primer lugar en el campo de Argelès y posteriormente fue trasladado al de Barcarés y al de Agde, En estos campos franceses estuvieron internos también sus hermanos Balbino y Delfín, los cuales figuran como acusados en el expediente la Causa General correspondiente a la localidad de Albalate del Arzobispo[2].

A Benito lo sacaron de Agde el 1 de octubre de 1941 y según sus propias palabras: “nos concentraron en unos barracones y nos metieron en unos vagones cerrados” con destino a Burdeos al campo de  Saint Medard (Gironda) donde fueron destinados varios miles de republicanos españoles, encuadrados en la denominada organización TODT, para ser empleados en la construcción de una base submarina ubicada en las proximidades de la ciudad de Burdeos, como bien explicaba Benito en una de sus cartas: 

Base submarina de Burdeos
…del campo había una distancia a  Burdeos de unos 40 kilómetros estaba en un bosque de pinos y de nombre le llamaban Salmedal (sic) dicho campo estaba dotado de subterráneos y llegamos a estar unos 5 o 6 mil hombres españoles y negros, o sea africanos. Franceses no había ninguno, los mandos eran alemanes…  tengo 3 hermanos en Francia y todos corrimos la misma suerte, los cuatro estuvimos bajo los alemanes incluso el uno estuvo en la resistencia que se marchó a los maquis

Construcciones defensivas del llamado Muro Atlántico
Benito a quien se le adjudicó el nº 4115, permaneció en Saint Medard unos ocho meses realizando trabajos forzados en régimen de esclavitud. Posteriormente fue trasladado a la caserne Niel en Toulouse y como último destino fue transferido a trabajar a la costa de Soulac-sur-Mer en las construcciones del denominado Muro Atlántico. Los trabajadores forzados empleados en estas instalaciones defensivas, previstas por los alemanes para evitar el desembarco de los aliados, sufrieron vejaciones, maltratos y unas condiciones de trabajo horribles, según las palabras de Benito, dirigidas a los fundadores de la Amical,  “para que se dieran una idea de cómo fuimos tratados con los alemanes,.. mi peso era de los 75 kilos a los 80 y llegué a pesar unos 50 kilos”.

Tras la liberación que, según contaba Benito, se produjo ente el 8 y el 9 de julio de 1944 se instalaron en Burdeos hasta noviembre del mismo año después partimos a Marsella, allí estuve hasta 1948, en el 48 partí a Toulouse y el 20 de noviembre del 1952 regresé a España... Desde su salida al exilio habían pasado trece años y medio y se estableció en Garrapinillos realizando labores agrícolas y como maniobrero de la construcción.

Como he dicho, las cartas de Benito, conservadas en el archivo de la Amical de Mauthausen, las escribió para informarse por si tenía derecho a cobrar alguna indemnización, añadiendo en una de ellas, las circunstancias en las que se encontraba en aquellos momentos: “He venido a mi patria ni tengo vejez ni recursos a mis 68 años (…) algunos me han dicho que les han pagado, yo se le agradecería se tome interés porque estoy enfermo (y), me lo comunique.

Poco pudieron hacer por Benito los fundadores de la Amical, puesto que sólo podían acceder a las ayudas alemanas quienes habían sido deportados a los campos de la muerte, como le notificaron el 16 de septiembre de 1966:

“resultando de las gestiones realizadas que las autoridades alemanas no consideran indemnizable más que los casos de permanencia o muerte en los campos de las características más arriba señaladas (los campos de exterminio, mandados por los fatídicos SS) situado únicamente uno, el de Struthof en Francia, otro el de Aurigny nº 11(Nordesee) en el canal de la Mancha y todos los otros en Alemania ú otros países de Europa”

Ninguna compensación se había establecido para los cientos de miles de trabajadores forzados, a pesar de las condiciones infernales que habían tenido que soportar en los centros de trabajo donde el trato hacia ellos revistió características de crueldad y de explotación similares a quienes habían sido deportados a instalaciones ubicadas en el propio territorio alemán.




[1] Archivo Histórico Amical de Mauthausen: Andaluz Martínez, Benito
[2] PARES:  http://pares.mcu.es: Archivo Histórico Nacional, Causa Genera Legajo: 1418 Caja: 2 Exp.: 25 ff.: 5, 9,38 y 78.

sábado, 23 de julio de 2011

MARC LEVY: “Los hijos de la libertad”[1]


Marc Levy (1961), escritor de éxito en Francia con varias novelas publicadas en la última década, con esta obra (2007), realiza un giro en su obra anterior al narrar de forma novelada la historia de su padre y su tío, Raymond y Claude Levy, de origen judío y los cuales, en edad adolescente, se incorporaron a la Resistencia en la 35ª Brigada de la ciudad de Toulouse, denominación con la que fue bautizada por su fundador, Marcel Langer, en recuerdo de la unidad donde había combatido en la Guerra de España. 

Narrada de una forma amena la acción describe el compromiso, las relaciones personales del grupo y las acciones clandestinas para minar la operatividad de las fuerzas alemanas ocupantes: sabotajes a las instalaciones industriales, a los transportes ferroviarios, instalaciones eléctricas, atentados contra oficiales nazis,… El libro supone también una denuncia del colaboracionismo francés, la actitud cobarde y oportunista de los estamentos que intentaron revestir de una cierta legalidad la situación de ocupación con la anulación de los derechos civiles de la ciudadanía y al papel represor de la milicia en la persecución hacia los sospechosos de colaborar o participar en la Resistencia.

Lucha solidaria, valentía para enfrentarse a las situaciones límites y sufrimiento por los amigos detenidos, caídos, encarcelados o fusilados van apareciendo a través de las páginas del libro hasta que, la detención de ambos, les llevó a conocer en sus propias carnes la crueldad implacable del enemigo.

Itinerario del "Tren fantasma"
Cuando la liberación del territorio francés parecía inminente, los hermanos Levy, junto a otros 150 prisioneros, fueron sacados de la prisión Saint Michel de Toulouse y conducidos hacia la estación donde se unieron a unos 400 prisioneros procedentes del campo de Le Vernet, ente los que figuraba un grupo destacado de republicanos españoles. Emprendieron un largo y terrorífico viaje hacia Alemania, en el que pasó a conocerse como el “Tren fantasma”[2], el 2 de julio de 1944 y que acabó el 28 de agosto en el campo de Dachau, tras un recorrido errático en el que los deportados tuvieron que soportar unas condiciones extremas y los ametrallamientos de la aviación aliada. Durante el trayecto más de 200 prisioneros consiguieron evadirse[3], entre ellos varias decenas consiguieron escaparse del tren el día 25 de agosto en los alrededores de Sorgues: dos de estos evadidos fueron los hermanos Levy.

“Los hijos de la libertad” se convierte en un ejercicio de recuperación de la historia familiar, un fenómeno común a los hijos y nietos de quienes vivieron aquella situación extrema, los cuales, al profundizar en la experiencia de la generación que les precedió,  reafirman los valores imperecederos de justicia y libertad.   




[1] Edición en castellano en Roca Editorial Libros, S. L. Barcelona, 2011 dentro de la colección “rocabolsillo/ficción”
[3] En el libro “Itinerarios e Identidades. Republicanos aragoneses deportados a los campos nazis” he dedicado unas páginas a la treintena de aragoneses deportados en el “Tren fantasma” de los que varios consiguieron evadirse durante su trayecto.

domingo, 17 de julio de 2011

ROLDE nº 130-131: “Itinerarios de exilio y deportación”


El número 130-131 de la revista ROLDE se publicó en diciebre de 2009, unas semanas antes de la celebración, el 27 de enero de 2010, del Día internacional de conmemoración anual en memoria de las víctimas del Holocausto, que por primera vez se celebraba en las Cortes de Aragón, organizado, a su vez,  por el Rolde de Estudios Aragoneses y Amical de Mauthausen con la colaboración del programa Amarga Memoria del Gobierno de Aragón. En dicho número publiqué un artículo con el título “Itinerarios de exilio y deportación (1939-1945): Republicanos aragoneses en los campos nazis” donde se recogía, en síntesis, el esquema de lo que después he desarrollado en el libro “Itinerarios e identidades. Republicanos aragoneses deportados a los campos nazis”.

El artículo en cuestión, que empieza  con el texto que cierra esta entrada, se puede descargar en formato PDF directamente, en el siguiente enlace de la web de la revista de cultura aragonesa:

Estas páginas están dedicadas a los aragoneses y aragonesas que, por diferentes circunstancias fueron deportados a los «campos de la muerte» creados por los nazis como centros de internamiento, donde el trabajo esclavo, la humillación, la enfermedad y el asesinato, en sus múltiples variantes, acabaron con la vida de cientos de miles de hombres y mujeres entre 1939 y 1945. No nos hemos propuesto describir las cruentas experiencias sufridas por un millar de aragoneses en aquellos antros de terror y muerte –la bibliografía citada puede resultar mucho más útil– más bien hemos querido acercarnos a las características del grupo, a su procedencia y a sus itinerarios vitales, ayudándonos de los datos dispersos y de las pinceladas que nos dan las experiencias individuales, para construir un pequeño mosaico impresionista sobre aquel
colectivo de hombres y mujeres que penaron y, en muchos casos, murieron por el sólo hecho de haber soñado y luchado por una sociedad donde las palabras justicia y libertad adquiriesen su auténtico sentido.

martes, 12 de julio de 2011

ORADOUR-SUR-GLANE: 10 de junio de 1944

Plaza del mercado de Oradour-sur-Glane a principios del s. XX
Esta semana se cumple el aniversario de la matanza perpetrada, el 10 de junio de 1944, por una unidad de los SS en la población francesa de Oradour-sur-Glane, situada a unos 10 kilómetros de la ciudad de Limoges.

Unos días antes, el día 6 de junio, se había producido el desembarco de las tropas aliadas en las playas de Normandía y la Resistencia clandestina había incrementado su actividad contra los ocupantes alemanes por todo el territorio francés,  con la doble intencionalidad de causarles el mayor daño posible y el de dificultarles los movimientos estratégicos que estaban realizando para acudir a las zonas donde se desarrollaban los combates. Entre las acciones de hostigamiento cabe destacar la que se llevó a cabo el día 7 de junio en la población de Tulle en la que los resistentes atacaron las tropas alemanas causándoles una sesenta bajas entre muertos y heridos.

La respuesta de los nazis no se hizo esperar y de forma inmediata una batallón  de la “Panzerdivisionen SS”, que se dirigía hacia Normandía, tomó el pueblo de Oradour-sur-Glane a primeras horas de la tarde, interrumpiendo la que había empezado como una aparente jornada tranquila de primavera, a pesar del contexto y de las noticias que iban llegando. Los alemanes desalojaron las casas, concentraron a sus habitantes en la plaza del mercado y les obligaron  a formar dos grupos: a un lado los hombres y a otro las mujeres con los niños. Mientras tanto, los soldados alemanes recorrían las cercanías para traer a quienes trabajaban en las granjas y en las tierras de los alrededores. Lo que en un principio parecía ser un control de identificación de personas se convirtió en una exigencia al alcalde para que entregasen las armas  y explosivos que, supuestamente, según los alemanes,  tenían escondidos en el pueblo. 

Estado actual de la iglesia de Oradour-sur-Glane
Las mujeres y los niños fueron conducidos a la iglesia y los hombres fueron recluidos en diferentes lugares de la población. Una explosión en el templo, producida por una granada de humo,  fue el inicio que desencadenó la tragedia: las mujeres y los niños, asustados, quisieron salir de la iglesia y los SS les dispararon impidiéndolo y, posteriormente, prendieron fuego al edificio religioso donde hallaron la muerte 240 mujeres y 252 niños. Al mismo tiempo, en el exterior, los hombres fueron vilmente tiroteados con los fusiles-ametralladores de los SS  y rematados, posteriormente,  a sangre fría. Un total 642 personas de todas edades fueron asesinadas aquella trágica tarde en las circunstancias descritas. 
Placa conmemorativa dedicada a las víctimas españolas

Entre los asesinados hallaron la muerte una veintena de españoles, miembros de familias refugiadas, las cuales, tras su salida al exilio a principios de 1939, habían llegado a la zona a principios de 1941, donde, incluso, había nacido alguno de sus hijos. En Oradour, se habían integrado en la población superando numerosas dificultades. Los realizaban diversos trabajos y los niños, en edad escolar, asistían a la escuela de la localidad.

En el siguiente listado hemos agrupado por famílias a las veintiuna víctimas españolas. Procedían de Alcañiz (Teruel), Almería, Barcelona, Bilbao, Murcia, Sabadell y Zaragoza. Como se puede observar, la mayor parte eran mujeres y niños que fueron masacrados, junto a los vecinos que les habían acogido, en la iglesia de Oradour.


La población fue arrasada completamente y tras la liberación, la localidad se ha conservado mostrando el estado en que quedó tras aquel funesto día. Un memorial recuerda a las víctimas de este genocidio.


Nombre
Edad
Observaciones
Joaquín Gil Egea [1]


La familia Gil Espinosa era originaria de Alcañiz. Sus dos hijas  Francisca y Pilar eran gemelas y tenían 14 años. Carmen Espinosa Juanos (Barcelona, 1914) que trabajaba de sirvienta debía ser familia de Francisca. Posiblemente se trata de una de las familias que en febrero de 1938 formaban parte de la Colectividad de Alcañiz.[2]
Francisca Espinosa
(16-10-1895)
49
Carmen Espinosa Juanos (06-09-1914)
29
Francisca Gil Espinosa Pilar Gil Espinosa
(05-09-1929)
14
Antonia Pardo
(04-04-1915)
29
Familia barcelonesa. La madre, Antonia, había nacido en la ciudad de Murcia
Nuria Lorente Pardo
(28-09-1935)
9
Francisco Lorente Pardo (10-01-1933)
11
Emilia Masachs
(09-02-1933)
11
Se trataba de dos hermanas menores originarias de Sabadell.
Angelina Masachs
 (22-08-1936)
8
José Serrano Robles
 (03-05-1915)
29
José era maestro de Purchena (Almería). Sus tres hijos de corta edad ya habían nacido en Francia, tras su salida al exilio de los padres. Ester y Paquita tenían 11 meses.
María Pardo
(12-12-1913)
31
Armonía Serrano Pardo (04-06-1941)
3
Esther Serrano Pardo  Paquita Serrano Pardo  
(08-08-1943)
1
Domingo Téllez
(14-01-1899)
45
Familia procedente de Barcelona. El padre Domingo Téllez era nacido en Zaragoza. Liberto, el hijo menor, había nacido en el exilio y aún no había cumplido los dos años.
María Domínguez
(15-08-1913)
31
Miguel Téllez
(22-01-1933)
11
Armonía Téllez
(19-10-1936)
8
Liberto Téllez
(24-07-1942)
2
Carmen Silva
(07-08-1904)
39
Originaria de Bilbao estaba casada con el ciudadano francés Robert Pinede



[1] PONS PRADES, Eduardo: Republicanos españoles en la 2ª Guerra Mundial. Barcelona, Planeta, 1975, p.225.
[2] MALDONADO, José Mª: Alcañiz, 1938. El bombardeo olvidado, Biblioteca Aragonesa de Cultura, Zaragoza, 2003, p. 171. Cita como socio a un tal Juaquin Gil con una familia de “4 miembros”.

viernes, 8 de julio de 2011

IDENTIDADES: notas biográficas y testimonios

Como ya he dicho anteriormente y comenté en la presentación, las notas biográficas seleccionadas para el libro “Itinerarios e identidades. Republicanos aragoneses deportados a los campos nazis”, corresponden a un número limitado de víctimas. Para su inclusión y distribución en los diferentes capítulos del libro se ha teniendo en cuenta algunos factores como el del conocimiento del biografiado, la coincidencia con el contenido del capítulo, la distribución territorial y reflejar el amplio corolario ideológico de los deportados aragoneses.  Hay también numerosas referencias personales en las notas a pie de página, pero han sido muchas otras historias personales las que se “han quedado en el tintero” y que intentaremos darlas a conocer en otras publicaciones o en este mismo blog.

En la siguiente relación se especifica la distribución de los deportados y deportadas cuyas notas biográficas hemos reseñado en los diferentes capítulos del libro. Entre paréntesis se indica la población de donde eran originarios.

Capitulo 2: La procedencia de los deportados
                        Juan Gregorio Barbero Barbero                     (Clares de Ribota)
                        Hermanos Fontán Pérez y Emilio Bastida       (Esplús)
Pedro García Coscolla                                   (Boquiñeni)
Ramón Navarro Soler                                    (Calanda)
Bienvenido Soriano Górriz                            (Teruel)
                        Joaquín López Raimundo                              (Tauste)
                        Manuel Martín Alquézar                               (Alloza)
                        Joaquín Moya Braulio                                   (Ejulve)
                        Martín Mur Escanilla                                     (Albalate de Cinca)
Capítulo 3: De los campos del sur de Francia a manos alemanas
Manuel Berdusán Gascón y
José Luesma Gascón                                    (Fuentes de Ebro)
            Tomás Burillo Andrés                                   (Alacón)
            Agustín Clavería Pina                                   (Albalate del Arzobispo)
            Antonio Ruiz Villacampa                              (Zaragoza)
Capítulo 4: De resistencia, lucha y deportación
Fernando Banzo Agulló                                (Zaragoza)
Miguel Bueno y sus hijos
Alfonsina y José Bueno Vela                         (Moros)
Pedro Joaquín Gracia Adán                          (Molinos)
Francisco Luis Calvo Pardinas                      (Alacón)
Francisco Sala Tolo                                      (Bonansa)
Martín Sarroca Llaquet                                 (Capella)
Capítulo 5: Origen de los transportes hacia la deportación.
Francisco Valsells, Bautista Valsells  
y Antonio Navarro Martí                               (Calaceite)
Antonio Ponz Beatobe                                   (Tosos)
Pascual Azagra Anzano                                 (Grañén)
Ramiro Arcas Javierre                                    (Boltaña)        
Félix Burguete García                                    (Luesia)
            Cecilio Carcas Pasamar                                 (Gallur)
Agustín Ibarz Ballester                                  (Albelda)
Capítulo 6: Mauthausen: el universo del horror
Don Julio Casabona Gracia,
Antonio y Julio Casabona Marías                  (Sariñena)
            Antonio Cebrián Campos                              (Caspe)
            Julián Mur Sánchez                                       (Zaragoza)
            Manuel Rifaterra Aguilar                              (Alcorisa)
            José Sampériz Janín                                       Candasnos)
Capítulo 7: Republicanos en los otros campos
                        José Pascual Borruey                                     (Caspe)
            Justo Trullén Alcubierre                                  (Albalate del Arzobispo)
            Las mujeres de la familia Beleta                      (Mequinenza)
Teodoro Troitiño Álvarez                               (Canfranc)
                        Pedro Monter Ferris                                      (Binaced)
                        Miguel Pascual Oliván                                    (Torla)
                        Julio Comín Villuendas                                   (Obón)
Capítulo 8: Liberación, segundo exilio y memoria
                        Dámaso Ibarz Arellano                                   (Fraga)
            José Puy Lisa                                                 (Estadilla)
            Martín Pérez Legua                                        (Blesa)
Feliciano Gracia Zalaya                                 (Gallur)

También se han reproducido algunos fragmentos de los testimonios de los deportados:
Guzmán Bosque Comas                                (Maella)
Julio Casabona Marías                                   (Sariñena)
Fermín Casorrán Clavería                              (Albalate del Arzobispo)
            Pascual Castejón Aznar                                 (Calanda)
Suzanne Gracia sobre Pedro Gracia Adán    (Molinos)
Abel Mainar, sobre Casimiro Mainar             (Vistabella de Huerva)
Basilio Mené Cáncer                                      (Alcubierre)
Joaquín Orús Ortín                                        (Fraga)