Vista del Memorial de Gusen |
Conservar los espacios de memoria siempre resulta polémico y contradictorio, como también lo fueron los conflictos que generaron su existencia y sus consecuencias posteriores. Muestra de lo que decimos lo encontramos en España con las controversias generadas respecto a la exhumación de las fosas, donde yacen los cuerpos de millares de republicanos, abandonadas al vergonzoso destino del olvido. Polémica y dicotomía moral: identificar a las víctimas, exhumarlas y trasladar sus cuerpos o convertir, in situ, en un espacio de memoria, los lugares de asesinato y de enterramiento dejando allí los cuerpos para siempre.
La conservación de los campos de concentración y de exterminio nazis –donde hallaron la muerte millones de personas entre 1933 y 1945- también lleva pareja la contradicción entre restaurarlos y adecuarlos como centro de peregrinaje y de difusión de lo que allí sucedió o bien, por el contrario, mantenerlos intactos tal y como cuando fueron liberados. Esto lo vemos cada año en los viajes de homenaje y conmemoración que realizamos, desde la Amical de Mauthausen, con estudiantes de diferentes Comunidades Autónomas:
La conservación de los campos de concentración y de exterminio nazis –donde hallaron la muerte millones de personas entre 1933 y 1945- también lleva pareja la contradicción entre restaurarlos y adecuarlos como centro de peregrinaje y de difusión de lo que allí sucedió o bien, por el contrario, mantenerlos intactos tal y como cuando fueron liberados. Esto lo vemos cada año en los viajes de homenaje y conmemoración que realizamos, desde la Amical de Mauthausen, con estudiantes de diferentes Comunidades Autónomas:
-La escalera de Mauthausen se ha restaurado y su aspecto no es el que tenía cuando los internos se veían obligados a subirla varias veces al día, cargados con los pesados bloques de granito.
-El espacio donde se ubicaban los barracones de los SS, en el exterior del campo, se aprovechó para erigir los monumentos que recuerdan a los diferentes colectivos nacionales, entre ellos el dedicado a los españoles.
-El castillo de Hartheim, donde fueron gaseadas más de 30.000 personas, entre las que se cuentan unos 450 republicanos, también ha sido restaurado y hoy es un centro modélico dedicado a la memoria de las víctimas que hallaron la muerte entre sus muros.
-El espacio donde se ubicaban los barracones de los SS, en el exterior del campo, se aprovechó para erigir los monumentos que recuerdan a los diferentes colectivos nacionales, entre ellos el dedicado a los españoles.
-El castillo de Hartheim, donde fueron gaseadas más de 30.000 personas, entre las que se cuentan unos 450 republicanos, también ha sido restaurado y hoy es un centro modélico dedicado a la memoria de las víctimas que hallaron la muerte entre sus muros.
-El espacio donde se ubicaban los barracones de los prisioneros en Ebensee –un subcampo dependiente de Mauthausen- hoy está ocupado por una urbanización de viviendas unifamiliares, conservando un espacio para recordar a las víctimas, pudiéndose visitar también uno de los túneles donde hallaron la muerte, horadando la piedra, centenares de prisioneros.
Pues bien, a pesar de la aparente contradicción, la decisión que hay que adoptar en estos casos no puede ser otra que la de intervenir, por parte de las administraciones públicas, para conservarlos y legarlos a las generaciones futuras con unos objetivos claramente definidos:
-Preservar la memoria de las víctimas, difundir su sufrimiento y mantener vivo los valores morales de su sacrificio.
-Denunciar las ideologías y las actitudes que banalizan la conculcación de determinados derechos humanos por considerarlos insignificantes o propiedad de un determinado grupo social o nacional.
-Denunciar las ideologías y las actitudes que banalizan la conculcación de determinados derechos humanos por considerarlos insignificantes o propiedad de un determinado grupo social o nacional.
La necesidad de lo que decimos se evidencia en la visita al campo de Gusen, situado a escasos kilómetros de Mauthausen, donde hallaron la muerte, entre 1940 y 1945, más de 40.000 internos, de los que más de 3.500 eran españoles.
Tras la liberación el campo fue desmantelado y sólo unos años más tarde, la preocupación y actuación personal de familiares de las víctimas lograron preservar un espacio, alrededor del crematorio, donde en la actualidad se realizan los actos de homenaje y junto a él, años más tarde se ubicó un centro de visitantes con una exposición permanente que explica las características del campo, el origen nacional de las víctimas y la finalidad de los trabajos forzados, en régimen de esclavitud, que llevaron a cabo los prisioneros. El memorial de Gusen se convierte cada año en un importante centro de peregrinaje donde confluyen gentes muy diversas, llegadas de diferentes puntos de Europa: italianos, franceses, polacos, rusos, españoles,…
Tras la liberación el campo fue desmantelado y sólo unos años más tarde, la preocupación y actuación personal de familiares de las víctimas lograron preservar un espacio, alrededor del crematorio, donde en la actualidad se realizan los actos de homenaje y junto a él, años más tarde se ubicó un centro de visitantes con una exposición permanente que explica las características del campo, el origen nacional de las víctimas y la finalidad de los trabajos forzados, en régimen de esclavitud, que llevaron a cabo los prisioneros. El memorial de Gusen se convierte cada año en un importante centro de peregrinaje donde confluyen gentes muy diversas, llegadas de diferentes puntos de Europa: italianos, franceses, polacos, rusos, españoles,…
Edificio que albergaba la administración del campo y que daba acceso a su interior. |
Barracones de Gusen destinados al cultivo de champiñones. |
Cada año, la visión de la transformación a que ha sido sometida la entrada del campo, irrita a los familiares que no entienden semejante falta de sensibilidad. Su vista se nubla con lágrimas de impotencia y de rabia al contemplar el lugar y ver cómo los muros, que conducían a la entrada del campo a aquellos desgraciados, hoy se han convertido en la protección de una elegante mansión burguesa utilizada como residencia particular. Las fotografías que muestran estas dos realidades, hablan por sí solas.
[1] Villarta de San Juan (Ciudad Real, 1921) ingresó en Mauthausen el 25 de enero de 1941. Su testimonio: Calcerrada, E.: Republicanos Españoles en Mauthausen-Gusen. Málaga, Caligrama, 2003, p. 130.
Recuerdo muy bien la indignación que sentí en el viaje por el 65 aniversario de la liberación , al ver esta aberración.
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