sábado, 5 de enero de 2013

SOLEDAD CORTÉS CUBELES: la identidad de una aragonesa deportada.

Un grupo de investigadores de la localidad de Mazarrón están siguiendo -desde hace algún tiempo-  las identidades de las personas, originarias de esta localidad murciana, que fueron deportados a los campos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Joaquín Ruiz, uno de estos curiosos de la historia local, nos visitó en la sede de la Amical, unas semanas atrás, buscando información sobre sus paisanos deportados. Y en la conversación que mantuvimos, al conocer mi investigación sobre los aragoneses víctimas de los campos nazis, me habló de Soledad Cortés, una mujer que, en las listas publicadas en Francia por la Fondation pour la Memoire de la Deportation en el Livre Mémorial, del año 2004, aparecía sin identificar la localidad de nacimiento, mientras que en el "Libro Memorial. Españoles deportados a los campos nazis (1940-1945)" editado por el Ministerio de Cultura, 2006,  figuraba como originaria de  Mazarrón. 

Imagen con los datos de Soledad en las listas de la FMD (Livre y web)
 Para ellos fue imposible ubicarla en ninguna familia mazarronera y al comprobar que en la web de la FMD se habían actualizado los datos y figuraba como nacida en Mazaleón,  decidieron ponerse en contacto con el Juzgado de Paz de esta localida turolense desde donde confirmaron la procedencia de Soledad. Agradecimiento por tanto, a Joaquín y sus compañeros, al compartir estos datos y facilitarnos una copia de la inscripción del nacimiento de Soledad  en el Registro Civil de Mazaleón, quien ha pasado, de esa forma, a engrosar la lista de las aragonesas que sufrieron deportación en aquellos años en los que el dominio nazi se extendía por la mayor parte del territorio europeo.

Por los datos que hemos podido extraer de dicha copia, sabemos Soledad Cortés Cubeles nació en Mazaleón el 21 de abril de 1916 y que sus padres, Francisco y Joaquina, eran campesinos procedentes, respectivamente,  de Caspe y de Fabara.
Inscripción nacimiento de Soledad (fragmento)
 Desconocemos si Soledad tuvo que exiliarse como consecuencia de la Guerra Civil o si bien se trataba de una emigrante económica. Lo cierto es que fue detenida por los alemanes, encarcelada y deportada a Alemania en un convoy que salió, el 31 de enero de 1944, de la estación de Compiègne, en el transporte más numeroso que, desde Francia, partió hacia el campo de mujeres de Ravensbrück. El viaje lo realizaron en unas condiciones que conocemos gracias al testimonio de Neus Catalá, quien la nombraba al recordar las compañeras españolas:

De allí saldríamos, hacia Ravensbrück, Coloma Seros, Carmen Cuevas, Amalia Perramón, Sole, Herminia Martorell, Rosita Da Silva, Alfonsina Bueno, Sabina González y su madre Carmen Bartolí, Carlota Olaso, Rita Pérez y otras que no tuve tiempo de conocer. Cinco días estuvimos esperando y vislumbrando que lo que habíamos sufrido no era nada para lo que nos esperaba.
Hacinadas, vivíamos de un cuarto de pan y de agua por día, para beber y lavarnos. Sin higiene y sin aire, aquello fue la antecámara de la muerte (…) seríamos embarcadas casi 1000 mujeres en vagones de ganado; 80 mujeres en cada vagón. Eran los últimos días de enero del 44, helado y triste. Nuestros bártulos: un cubo de carburo vacío para nuestras necesidades, que se vertía constantemente encima de un puñado de paja, por litera. Una aspillera de 50 x 30 cm. nos suministraba el aire que por turno íbamos a respirar. Sin comer y sin beber, así estuvimos tres días.

Internas trabajando en Ravensbrück
Ingresaron en el campo el 3 de febrero y a Soledad le fue adjudicada la matrícula 27099. Las 959 mujeres que formaban el convoy –entre las que figuraba un grupo de 12 españolas- fueron destinadas a realizar trabajos forzados en diferentes instalaciones fabriles relacionadas con la industria de guerra. Soledad permaneció en Ravensbruck hasta que, a primeros de septiembre, fue transferida, junto a la valenciana Amalia Perramón y un centenar de deportadas de diferentes nacionalidades, al comando Zwodau (Svatava), siéndole adjudicada una nueva matrícula, la 51787. Este comando dependía del campo de Flossenburg, estaba situado al este del territorio checoslovaco, a unos 145 quilómetros al este de Praga y había sido creado, en 1944 con finalidad de explotar el trabajo esclavo de las deportadas mediante la producción de componentes para los motores y equipos de navegación de los aviones de la Luftwaffe (Fuerza  Aérea alemana).

Al final de la Guerra alrededor de un millar de reclusas se encontraban en este comando sobreviviendo en unas condiciones penosas. Las fuerzas americanas las liberaron el 8 de mayo de 1945, teniendo que adquirir alimentos por las poblaciones vecinas para poder atenderlas y tuvieron que darles asistencia médica de urgencia por la situación extrema en la que se encontraban.

Soledad fue repatriada a Francia y falleció en París dos décadas después, el 5 de marzo de 1966. Conocemos la fecha por una inscripción recogida en el margen izquierda de su acta de nacimiento. Acababa de cumplir los cincuenta años. En estos momentos no sabemos si su muerte tuvo algo que ver con las trágicas circunstancias en las que se vio obligada a vivir durante su cautiverio y su posterior deportación a los campos de la muerte.

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