miércoles, 8 de agosto de 2012

CASTELLOTE: “La otra historia: aragoneses en los campos de concentración nazis”.


El acto organizado en Castellote (Teruel) bajo el título “La otra historia: aragoneses en los campos de concentración nazis” es una continuación de las Jornadas dedicadas a la Memoria de la Deportación Republicana que se han venido organizando, desde el año 2005, en la localidad de Ejulve. La intencionalidad era la de ampliar la experiencia a otros municipios y en este sentido, la acogida por parte del Centro de Estudios Locales de Castellote, cuyo presidente Alberto Iranzo presentó la jornada, ha sido totalmente satisfactoria.
Alberto Iranzo, Juan M. Calvo y Elisa Plana. Foto CECAS


En primer lugar, Elisa Plana desarrolló una ponencia titulada “La labor de la Amical de Mauthausen: 50 aniversario”. Se remontó a su fundación, en 1962, por un grupo de deportados que habían regresado del exilio en los años inmediatos a la finalización de la Segunda Guerra Mundial; siguió la exposición enumerando los diferentes ámbitos de difusión y actuación de la Amical, haciendo especial hincapié en uno de sus principales proyectos: el viaje con estudiantes para visitar los memoriales de Mauthausen, Gusen, Ebensee y del castillo de Hartheim,  y participar en el homenaje internacional  que, año tras año, se celebra conmemorando la liberación del campo.  

Elisa es buena conocedora del proyecto puesto que en los últimos años ha colaborado intensamente con la Amical de Mauthausen, desde el Programa Amarga Memoria (hoy ya desaparecido) del Gobierno de Aragón, para facilitar la participación de grupos de estudiantes aragoneses, que han estado presentes todos los años, desde el 2005 en que se inició esta experiencia y a la que han asistido junto a otros grupos de estudiantes procedentes de diferentes Comunidades Autónomas.

Apoyándose en imágenes actuales del campo de Mauthausen, con otras de carácter histórico y fragmentos de vídeos de algunos supervivientes (Mariano Constante, José Alcubierre, y Francisco Bernal) Elisa justificó la realización de estos viajes como una forma activa y necesaria de concienciar a la juventud de los peligros de la intolerancia y del resurgimiento de movimientos políticos fascistas, a partir del conocimiento de la experiencia de las víctimas del nazismo y de los propios espacios memorialistas de la deportación.

Violeta (izquierda) explicando su experiencia. Foto CECAS
Al finalizar la intervención de Elisa, se incorporó a la mesa Violeta Miravet Buñuel, de Castellote, una estudiante del grupo del Instituto de Alcañiz que ha participado, de forma muy destacada, en el último viaje celebrado el pasado mes de mayo. Violeta explicó lo que había significado para ella esta experiencia personal, cómo le había cambiado la percepción inicial del viaje al compartirlo con los deportados y familiares de las víctimas, las impresiones recibidas al transitar por los espacios de muerte de los campos e hizo explícito su agradecimiento por haber podido participar, junto a sus compañeros de Instituto, en el viaje a Mauthausen.

En la segunda parte me correspondió explicar los objetivos, gestación y contenidos de mi libro “Itinerarios e identidades…”. Un libro que, como ya he dicho en otras ocasiones, no ha querido profundizar en la descripción de la propia experiencia de los republicanos en los campos nazis, sino el dar a conocer los caminos, los trayectos, que les llevaron a la deportación e intentar recuperar sus identidades. Ese fue el objetivo principal del libro, en cuya idea inicial mucho tuvo que ver Ana Oliva y en su desarrollo posterior la propia Elisa Plana, cuando tuvieron, ambas, responsabilidades de coordinación del Programa Amarga Memoria, editora de la obra.


jueves, 2 de agosto de 2012

SEGUNDO ESPALLARGAS, “PAULINO”. El último combate del boxeador de Mauthausen.

Segundo Espallargas. Urrea de Gaen, 2006

Publicado en Heraldo de Aragón (2-08-2012) 

Montserrat Llor, periodista y amiga, ha sido una de las últimas personas en entrevistarle y en la semblanza que hizo de Segundo Espallargas ("Paulino"), tan sólo hace unos meses (EL País 27-05-2012), ya señalaba que se encontraba debilitado, aunque aún era capaz de mostrar instantes de aquella fortaleza que le permitió sobrevivir al infierno de Mauthausen. Ha sido la propia Montserrat quien nos ha comunicado la noticia de su fallecimiento, a los 93 años, en Francia, el país que le acogió dos veces en su azaroso trayecto, tras la derrota republicana a principios de 1939.

Segundo Espallargas había nacido en Albalate del Arzobispo, pero su infancia y primera juventud transcurrió en Alcañiz donde se habían trasladado sus padres para ocuparse del negocio familiar. Segundo explicaba, en uno de los documentales a los que dio su testimonio, como entró en contacto con el mundo del boxeo en la capital bajoaragonesa a partir de los 12 años.  La Guerra Civil dio un vuelco a su juventud, a su vida  y a su práctica amateur del boxeo. Pero fue este deporte el que, años más tarde, le salvó la vida en Mauthausen, aquel antro de terror, hambre, enfermedad y muerte al que fue deportado, junto a otros 7.000 españoles, durante la Segunda Guerra Mundial.

Segundo ingresó el 27 de enero de 1941, cuando acababa de cumplir los 22 años, en el mayor transporte con republicanos deportados a Mauthausen: aquel día fueron registrados en el campo 1.500 republicanos. Su fortaleza física y su condición de boxeador le llevaron  a ser elegido, por los SS del campo, como uno de los participantes en los combates organizados algunos domingos para su entretenimiento. Combatió con boxeadores, prisioneros como él, de diferentes nacionalidades y una derrota podía acarrearle la muerte inmediata. Fue conocido popularmente entre los internos como “Paulino”, en recuerdo del boxeador guipuzcoano Paulino Uzcudum, y reconocía cómo el boxeo le había permitido sobrevivir. Su figura fue un acicate para sus compañeros republicanos quienes veían, en los combates de “Paulino”, el reflejo de su lucha y resistencia por la vida y la dignidad entre aquellos odiados muros de granito.

Han sido números supervivientes quienes han recordado los combates de “Paulino” y, entre ellos, destacaremos el testimonio del fragatino José de Dios  quien lo describía como un campeón neto que ganaba los combates por K.O y el de Mariano Constante al señalar cómo sus victorias le habían hecho merecer el respeto de sus compatriotas y le habían salvado de los trabajos más pesados. Segundo había estado destinado a trabajar a la estación de Mauthausen descargando trenes que transportaban pesadas mercancías y, tras sus primeros combates, fue destinado a la cocina. Un nuevo destino que le sirvió, también, para colaborar con la organización clandestina de los españoles. Su estancia en el “campo de los españoles” no estuvo exenta de peligros, puesto que nadie tenía asegurada la supervivencia en aquel infierno, donde la muerte estaba presente cada día y en cada instante. A pesar de ello, Segundo, reconocía su condición de privilegiado que le permitió llegar vivo a la liberación y era muy consciente del trato inhumano al que fueron sometidos, hasta las últimas consecuencias, tantos compañeros de infortunio.

Decíamos que Francia le acogió por segunda vez. Y así fue: tras la liberación de Mauthausen, en el lejano mes de mayo de 1945, los republicanos españoles no pudieron regresar a España y Francia se convirtió, para la mayoría de ellos y también para “Paulino”, en su nueva Patria.  En tierras francesas boxeó algunos años, trabajó y formó una familia. Regresó de forma asidua a su añorado Bajo Aragón, donde aún conserva familiares. Alcañiz y Albalate eran lugar de encuentro y de añoranzas juveniles que le  reconfortaban y a dónde aún pensaba, en los últimos años,  en trasladarse a vivir.

Participó en el homenaje a los deportados de la comarca del Bajo Martín que se celebró en la primavera de 2006. Su animada presencia, entre los familiares de las víctimas de la comarca, es uno de las imágenes que conservo de aquellas jornadas. Y sobre todo recuerdo el abrazo que me dio cuando Antonio del Río (alcalde de Albalate y hombre sensible a la memoria de la deportación) me lo presentó. En aquel afectivo abrazo de “Paulino” noté su fortaleza física y su enorme humanidad.  Presidió el acto oficial y sus emocionadas palabras, en las que se mezclaba un marcado acento aragonés con expresiones francesas, fueron un momento cargado de emotividad donde Segundo mostró públicamente su agradecimiento por lo que se estaba haciendo aquellos días recordando a las víctimas locales de la deportación.

Su imagen y su voz apareció en dos documentales de factura aragonesa: “Aragoneses en el infierno de Mauthausen” y “Adiós a la vida”  de Mireia Ruiz y Ramón J. Campo respectivamente. Problemas de salud le impidieron asistir al homenaje realizado por el Gobierno de Aragón, en Zaragoza, en mayo de 2010.

Segundo Espallargas Castro, “Paulino, el boxeador de Mauthausen, se ha ido definitivamente. Una voz más que se apaga. Un testigo menos para recordar aquella barbarie. Su lucha ha sido larga y tortuosa  pero,  sin duda alguna, un ejemplo de resistencia que le ha garantizado la victoria en su combate permanente por la dignidad de todas las personas y por el mantenimiento de la memoria de quienes, menos afortunados que él, no pudieron regresar de los campos de la muerte.

CASTELLOTE: "La otra historia: aragoneses en los campos nazis"


El próximo día 7 de agosto, a las 19:00 h., el Centro de Estudios de Castellote (Teruel),  en colaboración con la Amical de Mauthausen, ha organizado un acto bajo el título "La otra historia: aragoneses en los campos de concentración nazis". 

Programa:

—19:00 h: "La labor de la Amical de Mauthausen: 50 aniversario" por Elisa Plana y Juan M. Calvo.
En esta ponencia se explicará la labor de la Amical de Mauthausen , a través de fotografías y videos, cómo son los viajes-homenaje a Mauthausen que organiza con estudiantes de IES procedentes de toda España.

—19:30 h: Presentación del libro Itinerarios e identidades. Republicanos aragoneses deportados a los campos nazis de Juan M. Calvo.

El acto se celebrará en la Casa de Cultura de Castellote