Monumento en Ravensbruck |
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Un grupo de investigadores de Mazarrón (Murcia) me indicaron el
origen aragonés de Soledad puesto que, desde el Registro Civil de
Mazaleón, les habían enviado una copia del acta de nacimiento y así
quedaba clara la confusión existente en las listas consultadas,
debido a un error por las semejanzas fonéticas entre ambas
localidades.
Ahora sabemos, sin ningún género de dudas, que Soledad Cortés
Cubeles nació en Mazaleón el 21 de abril de 1916, en el seno de una
familia numerosa formada por los padres y sus siete hijos, siendo
Soledad la quinta según el orden de nacimiento. Sus padres,
Francisco y Joaquina, eran campesinos y estuvieron vinculados a la
CNT, al igual que todos sus hijos, y formaron parte activa en las
colectividades que funcionaron en la localidad durante varios meses
de la guerra. Esta vinculación con la organización anarquista se
concretó en la militancia de Soledad en la Juventudes Libertarias.
Su hermano José se alistó voluntario en una de las unidades
anarquistas: el 1 Batallón, 3ª CIA DEL Regimiento Aragón
Confederal; posteriormente fue condenado por un tribunal militar a
una pena de seis años de los que cumplió alrededor de tres años en
diferentes cárceles españolas.
Cuando se rompió el Frente de Aragón, en marzo de 1938, Soledad huyó de Mazaleón y buscó refugio en Cataluña, seguramente en la casa de su hermana María que residía en la calle Caspe de la capital catalana. A principios de 1939, con la Retirada masiva de los republicanos ante el avance imparable de las tropas franquistas por el territorio catalán, se exilió en Francia.
Cuando se rompió el Frente de Aragón, en marzo de 1938, Soledad huyó de Mazaleón y buscó refugio en Cataluña, seguramente en la casa de su hermana María que residía en la calle Caspe de la capital catalana. A principios de 1939, con la Retirada masiva de los republicanos ante el avance imparable de las tropas franquistas por el territorio catalán, se exilió en Francia.
Tras la ocupación alemana, creemos que Soledad colaboró con la
Resistencia. Fue detenida, encarcelada y posteriormente deportada a
Alemania en un convoy que salió, el 31 de enero de 1944 de la
estación de Compiègne, con destino hacia el campo de mujeres de
Ravensbrück. El viaje lo realizaron en un vagón de carga hacinadas
y, prácticamente, sin comida e ingresaron en el campo el 3 de
febrero; a Soledad le fue adjudicada la matrícula 27099 y permaneció
en Ravensbruck hasta que, a primeros de septiembre, fue transferida,
junto a un centenar de deportadas de diferentes nacionalidades, entre
las que Soledad pudo ser la única española, al comando Zwodau,
siéndole adjudicada una nueva matrícula, la 51787.
Este comando dependía del campo de Flossenburg, estaba ubicado en la actual Svatava (Rep. Checa) y las deportadas trabajaban en unas instalaciones de la empresa Siemens, fabricando piezas para la aviación alemana. Cuando las tropas de la 1ª División de Infantería americana liberaron el comando se encontraron con cerca de un millar de reclusas hambrientas, muchas de ellas en un lamentable estado de salud, por lo que se vieron obligados a actuar con diligencia proporcionándoles alimento y asistencia médica urgente.
Este comando dependía del campo de Flossenburg, estaba ubicado en la actual Svatava (Rep. Checa) y las deportadas trabajaban en unas instalaciones de la empresa Siemens, fabricando piezas para la aviación alemana. Cuando las tropas de la 1ª División de Infantería americana liberaron el comando se encontraron con cerca de un millar de reclusas hambrientas, muchas de ellas en un lamentable estado de salud, por lo que se vieron obligados a actuar con diligencia proporcionándoles alimento y asistencia médica urgente.
Repatriada a Francia, siguió formando parte del colectivo
republicano que siguió, definitivamente, en el exilio teniéndose
que adaptar a la nueva situación. Soledad Cortés falleció en París
dos décadas después de la liberación de los campos, el 30 de abril
de 1966. Acababa de cumplir los cincuenta años.